Escala y más servicios, la nueva receta del contratista
ara el servicio de cosecha, la familia Brunetti cuenta con seis máquinas John Deere, tres de la nueva línea S y el resto 9670 STS, equipadas con cabezal drapper y mapeo de rendimiento. Para las labores de siembra dispone de una sembradora neumática con doble fertilización de 20 líneas a 52 centímetros.
Según la Federación Argentina de Contratistas de Máquinas Agrícolas (Facma), una cosechadora debe trabajar al menos unas 3.500 hectáreas por año. Para los que realizan labores de siembra, lo ideal es que una sembradora implante por año unas de 2.000 hectáreas. Un uso por debajo de esos umbrales incrementa los costos operativos y provoca el aumento de los costos fijos, aseguraron desde la federación.
Insumos y reposición
Dentro de la estructura de costos de los contratistas, el gasoil es el insumo que más le pegó a los márgenes en los últimos meses. “Arrancamos la campaña en septiembre con valor de 17,60 pesos por litro y terminamos en 21,89 pesos. Es decir que en cuatro meses subió 24 por ciento”, sostuvo Brunetti quien, por año, demanda alrededor de 300 mil litros de combustible.
Las variaciones de precios en el gasoil son muy sensibles a los números de la actividad. En plena campaña de trigo, el aumento del nueve por ciento en el valor del gasoil, que llevó el precio de 17,60 a 19,08 pesos por litro, repercutió en 1,70 por ciento en el precio de la cosecha del cereal, que pasó de 1.312 a 1.334 pesos por hectárea, de acuerdo con los cálculos de Ricardo Garbers, de la dirección Técnica y Económica de Facma.
Prestaciones con plus
En la búsqueda de ofrecer servicios cada vez más eficientes, los Brunetti incorporaron en esta campaña una sembradora John Deere modelo 1745, dotada con sistema neumático y dosificación variable tanto para siembra como para fertilización. Según Manuel, una sembradora de esas características tiene en promedio una amortización de 10 años. Con el precio actual que tienen las labores de siembra, la máquina importada necesita hacer más de 6.000 hectáreas para amortizarse. “Se lleva el valor bruto de esa superficie”, aclaró el contratista.
La inversión en la sembradora de última generación tiene como objetivo ofrecer servicios de mayor calidad, en un intento por mejorar los márgenes de la actividad. El uso de mapeo de rendimiento en las cosechadoras es el paso inicial para luego incorporar, en la campaña siguiente, las dosis variables con la sembradora inteligente. Ya hay productores que están dispuestos a pagar un plus por esas prestaciones.
“Hay una mayor concientización entre los productores de que estas tecnologías les permiten producir más y mejor, con un uso más eficientes de los insumos. Por lo que están dispuestos a pagar un precio diferencial por esa tarea”, fundamentó el contratista. Para la próxima campaña, varios de sus clientes ya le comunicaron la decisión, por ejemplo, de hacer el ciento por ciento de las hectáreas de maíz con dosis variable.
La expansión que mostró durante el año pasado el mercado nacional de maquinaria agrícola, que tuvo en la venta de tractores su mejor desempeño en 13 años y en cosechadoras la mejor performance de la década, se explicó en gran parte por la inversión realizada por los contratistas.
“Se venía de varios años sin reponer el equipamiento y los créditos a tasa subsidiada ayudaron a que el contratista pudiera hacer la inversión”, indicó Enio Ferrero, director ejecutivo de la Asociación de Trilladores y Contratistas de la provincia de Córdoba.
¿Habrá financiamiento?
Se calcula que de los más de 25 mil millones de pesos que facturó el mercado de maquinaria agrícola durante el año pasado, unos 15 mil millones de pesos corresponden a operaciones realizadas por los contratistas.
Este año, las condiciones de financiamiento bancario para la compra de bienes de capital podrían cambiar. El Banco Central resolvió eliminar en forma paulatina el subsidio de tasa que tienen las líneas productivas que impulsan bancos públicos y privados.
Se estima que el volumen de préstamos otorgados a través de esta operatoria llega a los 200.000 millones de pesos y representa alrededor del 18 por ciento de los depósitos totales del sistema financiero. Según lo dispuso el Central en noviembre pasado, los bancos tendrán que ir reduciendo el stock de estas líneas a un ritmo de 1,5 por ciento por mes hasta que desaparezca en diciembre próximo.
El valor de la gruesa
De cara a la próxima cosecha de granos gruesos, los ajustes del dólar, las variaciones en el precio del gasoil y de la mano de obra traerán aparejados una actualización de los costos del servicio. “Va a rondar el 35 por ciento”, vaticina Brunetti.
El mes próximo, Facma definirá cuáles serán los precios orientativos para la trilla. “La actualización estará en el orden del 25 y 30 por ciento. Menos de eso es imposible”, anticipó Jorge Scoppa, titular de la federación que agrupa a más de cuatro mil contratistas rurales en el país. El dirigente aclara que la evolución de los valores estará en función de las actualizaciones que pueda tener el combustible.
Fuente: La Voz