Córdoba sintió el efecto con una baja en la soja
La decisión del Gobierno nacional de suspender por seis meses la rebaja gradual de las retenciones a harinas y aceites de soja afectará en forma directa al complejo oleaginoso. Ubicada en su mayoría en el Gran Rosario, la industria aceitera es generadora –sólo con esos dos productos– de dos de cada 10 dólares que ingresan como divisas al país.
Debido a su impacto, la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) cuestionó la medida con dureza. Aseguró que provocará una “primarización” de las exportaciones, ya que con la suspensión de la rebaja del impuesto les quita a las empresas el incentivo a darle valor agregado al grano de soja. Además de advertir de que habrá una paralización de inversiones y un posible cierre de plantas.
Que Córdoba no tenga una industria aceitera de las dimensiones de la santafesina no significa que quedará exenta del impacto. El principal efecto para la segunda provincia productora de soja del país fue la baja en el precio del grano. Ayer en la Bolsa de Comercio de Rosario, la oleaginosa se pagó a 7.700 pesos por tonelada, 300 pesos menos (3,75 por ciento) que en la jornada anterior.
Al analista de mercados agrícolas, Pablo Adreani, la disminución en el precio de la soja no lo sorprendió. “La medida va a tener un primer impacto bajista en los precios”, aseguró.
La operatoria en Rosario fue a contramano del mercado de Chicago, donde el valor mundial de la oleaginosa subió en torno al cuatro por ciento.
De todos modos, Adreani estimó que esta rebaja sería sólo coyuntural. Recordó que este año la cosecha se redujo en cerca de 20 millones de toneladas a raíz de la sequía y eso obligará a las industrias, tarde o temprano, a salir a comprar mercadería y a elevar las ofertas de precios.
Reacciones locales
Más allá de las consecuencias en el precio de la soja, la reacción en Córdoba a las medidas anunciadas por el Gobierno fue dispar.
Por el lado de los productores, los cambios en el esquema de retenciones fueron celebrados. El presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de la Tercera Zona (Cartez), Gabriel De Raedemaeker, dijo que había una suerte de “promoción industrial” que ya no tenía sentido.
Desde la Sociedad Rural de Jesús María, en tanto, recordaron que su presidente, Luis Magliano, le había llevado esa propuesta al ministro de Agroindustria, Luis Etchevehere, en una reunión que mantuvieron hace un mes.
En el ámbito agroindustrial, en cambio, la reacción fue similar a la de la industria aceitera.
El titular de la Bolsa de Cereales de Córdoba, Luis Macario, señaló a La Voz que es un error, porque al final van a quedar al mismo nivel de alícuota el grano y los subproductos. “Lo que no se condice con la idea de ser el supermercado del mundo. Todos los países tratan de defender el agregado de valor en origen”, se quejó Macario.
Del mismo modo opinó sobre la decisión oficial de reducir los reintegros a las exportaciones, cuya lista de productos alcanzados se conocerá en las próximas horas. “Nuevamente el campo y la agroindustria estarán haciendo un aporte patriótico, cuando el ajuste podría ser más equitativo. El ahorro fiscal de estas medidas significa, por ejemplo, 14 por ciento de los subsidios al transporte”, cuestionó el dirigente.
Las tres medidas: Recorte de gastos
Con ellas, el Gobierno espera ahorrar $ 65 mil millones.
Fondo Federal Solidario. Creado en marzo de 2009, estaba compuesto por recursos provenientes de las retenciones a la soja. Se integraba con el 30 por ciento de lo recaudado por el Estado nacional en concepto de derechos de exportación al poroto de soja. Además del 27 por ciento del impuesto a las harinas y a los aceites de la oleaginosa. Sus fondos se transferían, de forma proporcional, a las provincias y municipios con destino a infraestructura. A través de un decreto de necesidad y urgencia, el Gobierno lo eliminó.
Reintegros a las exportaciones. Es un estímulo que paga el Estado a las empresas que exportan. Consiste en la devolución de un porcentaje que se aplica sobre el valor de la mercadería enviada al exterior. Los reintegros justifican su existencia en la vigencia de impuestos indirectos que se acumulan durante el proceso de producción y que no tienen una devolución cuando se exporta. Las alícuotas van de cero a 8,5 por ciento. El Gobierno decidió reducir 66 por ciento el monto pagado en reintegros.
Retenciones a la harina y al aceite de soja. Desde diciembre de 2015, el Gobierno dispuso una rebaja gradual en las retenciones para la soja. En el caso de la harina y del aceite, el impuesto arrancó en 32 por ciento y hoy se ubica en 23 por ciento. Las alícuotas se venían reduciendo 0,5 puntos porcentuales por mes, medida que ahora quedó suspendida por seis meses. Sólo se mantendrá la disminución para el poroto de soja (sin procesar), que tributa 26 por ciento.
LA VOZ