Finalizó el revalúo fiscal: las tierras tienen nuevo valor en Córdoba
a Dirección General de Catastro del Ministerio de Finanzas publicó en el Boletín Oficial la Resolución Interna N° 3.590 “aprobar los valores determinados en el proceso de revalúo urbano y rural de la provincia de Córdoba”.
Se trata de “984 planos de valores unitarios básicos de la tierra libre de mejoras (111 cartas rurales y 873 cartas urbanas) que, firmados digitalmente, se almacenan en el Sistema de Información Territorial de la Provincia (Artículo 9 de la Ley 10.454)”, señaló Catastro.
Estos nuevos valores unitarios básicos se pueden consultar en http://mapascordoba.cba.gov.ar/. “Para los valores unitarios básicos de la tierra libre de mejoras, se tomará el 70 por ciento de los valores aprobados en el Artículo 1 de la presente Resolución, los que tendrán vigencia a partir del 1° de enero de 2019”, agregó Catastro.
Pautas
En los considerandos de la resolución, la dependencia oficial destaca que este proceso se realizó en el marco del “Consenso Fiscal” suscripto por el Gobierno nacional y las Provincias el año pasado, con el fin de que las valuaciones fiscales de los inmuebles tiendan a reflejar la realidad del mercado inmobiliario y la dinámica territorial.
Según Catastro, “entre setiembre de 2017 y octubre de 2018, se obtuvieron más de 13 mil muestras de valores de mercado correspondientes a inmuebles baldíos, edificados (sobre los que se practicó deducción de mejoras) y rurales”, y que se relevaron valores de oferta y ventas de inmuebles edificados y baldíos de diversas fuentes.
“Siguiendo criterios utilizados por los organismos competentes, los valores de oferta fueron reducidos a un probable valor de venta”, dijo Catastro. En el caso de inmuebles rurales, se consideró un margen de negociación que se fijó en 10 por ciento para los agrícolas y en 30 por ciento para los de tipo ganadero.
En tanto, las variables estadísticamente más significativas que se consideraron en los modelos para la determinación del valor unitario de la tierra rural fueron:
1. Cobertura de cultivos anuales de secano e irrigados;
2. Deficiencia de humedad de suelo;
3. Capacidad de uso e índice de productividad a partir de las cartas de suelo de INTA;
4. Composición química del suelo (materia orgánica, pH, nitrógeno y fósforo) elaborados a partir de datos de organismos públicos provinciales y nacionales;
5. Datos climáticos (lluvias y temperaturas, series históricas);
6. Datos topográficos (pendientes y altura sobre el nivel del mar);
7. Infraestructura y asentamientos humanos (distancia a red vial, localidades, centros de acopio, cobertura de energía eléctrica);
8. Datos de pertenencia o entorno (áreas naturales, áreas de protección ambiental, estructura parcelaria de la zona, entre otras);
9. Zonas de anegadas con alta recurrencia (a partir de series históricas).