«Leucemia no es sinónimo de muerte»: avances y desafíos de una enfermedad que diagnostican a 2 mil argentinos al año
El 21 de abril se conmemora el Día Mundial de la concientización sobre la Leucemia Mieloide Aguda (LMA), una ocasión para informar sobre esta condición, que es una enfermedad oncohematológica capaz de propagarse rápidamente y conforma el tipo de leucemia aguda más común en los adultos. Por eso, desde la Fundación para Combatir la Leucemia (Fundaleu) remarcan la importancia del diagnóstico urgente y la expectativa que generan novedades para su abordaje.
«Como su avance es muy rápido -de ahí su denominación de ‘aguda’ – es muy importante realizar el diagnóstico y comenzar el tratamiento a la mayor brevedad posible para mejorar el pronóstico del paciente», sostuvo la jefa del servicio de Hematología de la Fundación para combatir la Leucemia (Fundaleu), Isolda Fernández.
Se puede sospechar la presencia de LMA con los resultados de un análisis de sangre de rutina, porque en un hemograma completo se evidencian rápidamente niveles anormales de glóbulos blancos, rojos y plaquetas. Luego, el diagnóstico se confirmará analizando las células de la médula ósea para determinar el tipo de leucemia y el pronóstico.
El desafío consiste en que el paciente acuda a un centro de salud si presenta algún síntoma, sobre todo porque éstos son muy inespecíficos. Es importante no alarmar a la comunidad, pero sí tener en cuenta que podrían ser una signo de la enfermedad la fiebre persistente, infecciones, falta de aire, propensión a desarrollar hematomas y sangrados, pequeños puntos en la piel producto de sangrados llamados petequias, debilidad o cansancio y pérdida de peso o de apetito.
Si bien no existe en el país un registro o estadísticas propias, extrapolando datos internacionales podríamos estimar que en la Argentina cada año hay alrededor de 2 mil nuevos casos de leucemia mieloide aguda.
El pronóstico de esta enfermedad varía, entre otros factores, según la edad de aparición: en menores de 60 años, se curan cerca de 4 de cada 10 pacientes. Sin embargo, a partir de esa edad la cifra cae a entre el 5 y el 15%2. Existen diferentes tipos de tratamientos para esta condición: quimioterapia, trasplante de médula ósea, otras terapias oncológicas y terapias de apoyo.
«Con la constante investigación y el desarrollo de nuevos medicamentos, afortunadamente cada vez contamos con más alternativas para los distintos tipos de leucemia en general y para la LMA en particular. El tratamiento estándar es a base de quimioterapia intensiva para pacientes jóvenes. Para aquellos pacientes mayores o que por distintos motivos puedan tener contraindicada la quimioterapia, existen nuevos tratamientos que incluyen algunas drogas ya aprobadas y otras en desarrollo», detalló Fernández.
«Leucemia no es sinónimo de muerte. En los últimos años, estamos siendo testigos de avances significativos tanto en las leucemias crónicas como en las agudas. Las personas que se enfrenten a estos diagnósticos deben saber que no están solas, sino que hay muy buenos médicos en nuestro país para tratar su enfermedad y cada vez con mejores herramientas terapéuticas», reflexionó en tanto el director médico y científico de Fundaleu, Miguel A. Pavlovsky.
Existen diversos tipos de leucemia y hoy es muy importante, además, saber exactamente qué subtipo de la enfermedad presenta cada paciente, a lo que se arriba a partir de estudios moleculares más precisos: eso ayuda a ‘ponerle el nombre y el apellido’ a la enfermedad, dado que este entendimiento más profundo que la comunidad médica va teniendo de la enfermedad permite diseñar medicamentos específicos que atacan alteraciones y mecanismos muy puntuales.
«Sabiendo eso a tiempo, se puede indicar a un paciente el esquema de tratamiento que más lo beneficiará, justo en una enfermedad en la que no hay tiempo que perder», concluyó Isolda Fernández.
¿Qué son las leucemias?
Las células sanguíneas son producidas por la médula ósea. A medida que se dividen y maduran, van transformándose en células sanguíneas de diferentes tipos.
Cuando una de las células que va a formar glóbulos blancos cambia y se convierte en una célula de leucemia, ya no madura normalmente, generalmente se divide más rápido de lo normal y no muere cuando debería hacerlo, sino que se acumula en la médula ósea reemplazando a las normales. En algún momento, éstas salen de la médula ósea y entran al torrente sanguíneo, causando un aumento en el número de glóbulos blancos en la sangre y no permitiendo crecer al resto de las células normales como glóbulos rojos y plaquetas.
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