Cambio climático: Argentina inicia un plan para medir el ciclo de vida de su agroindustria
creciente preocupación que existe a nivel mundial por el cambio climático y los modos de producción que impactan en el ambiente, llevaron al Gobierno nacional a crea una Mesa de Competitividad Ambiental Agroindustrial.
Este órgano tiene por objeto “proponer y coordinar políticas y acciones tendientes a mejorar la competitividad de la producción y el comercio de los productos provenientes de las actividades agrícolas, ganaderas, forestales, pesqueras, bioeconómicas, alimentarias y sus transformaciones, elaboradas en el territorio de la República Argentina, a partir de mejoras en la gestión ambiental en los distintos eslabones de cada cadena de valor”, señala la resolución que lo pone en marcha.
Y establece las siguientes funciones para la Mesa, que estará integrada por representantes tanto del sector público como del privado:
a) Diseñar y elaborar una propuesta de un Sistema de Información en Análisis de Ciclo de Vida.
b) Dar seguimiento a procesos internacionales con incidencia específica en el objeto de la Mesa de Competitividad.
c) Recomendar propuestas de indicadores agro-ambientales pertinentes para el monitoreo de avances en el objeto de la Mesa.
d) Recomendar políticas y acciones tendientes a mejorar la competitividad de las cadenas de valor, mediante mejoras en la gestión ambiental.
e) Diseñar y proponer acciones de capacitación, dirigidas a sensibilizar y difundir el conocimiento del Análisis de Ciclo de Vida con el fin de introducir mejoras en los procesos de producción.
Fundamentos
Según el Gobierno, “las huellas ambientales (Análisis de Ciclo de Vida, huella hídrica, huella de carbono) son indicadores que permiten determinar el desempeño ambiental del proceso productivo de bienes y servicios estableciendo su relación con el ambiente”.
Para el caso de esta resolución, el Estado se basó en la definición de Análisis de Ciclo de Vida de la Society of Environmental Toxicology and Chemistry (Setac): un proceso objetivo para evaluar las cargas ambientales asociadas a un producto, proceso o actividad, identificando y cuantificando tanto el uso de materia y energía como las emisiones al entorno, para determinar el impacto de ese uso de recursos y esas emisiones, evaluar y llevar a la práctica estrategias de mejora ambiental.
En este marco, agrega la resolución: “Frente a la tendencia creciente de los requerimientos ambientales relativos a los productos agroindustriales, se hace necesario fortalecer a este sector en esta materia, del cual la mayoría de las exportaciones de nuestro país, entendiendo que su desarrollo representa un papel clave en el crecimiento y desarrollo económico, y en especial de las economías regionales”.
La Voz