En el legado de una pyme familiar que se multiplicó

24 noviembre, 2019 Fabian Amarante

Nota de La Voz del Interior

En el país con el mayor consumo mundial de carne vacuna del mundo, Averaldo Giacosa tuvo la idea, en 1953, de poner en marcha en Brinkmann una pequeña fábrica de embutidos de cerdo y apostar al futuro. Hoy, luego de 66 años, el tiempo no sólo le dio la razón de que el emprendimiento era negocio, sino que su empresa –La Piamontesa– se convirtió en uno de los principales jugadores a nivel nacional en la producción y comercialización de embutidos porcinos.

Junto con su hermano Alberto, Daniel Giacosa es parte de la segunda generación al frente de La Piamontesa. “Soy el vicepresidente de La Piamontesa y titular de Campo Austral”, aclara, en referencia a la compra que la empresa cordobesa realizó en enero pasado de esta última compañía, que estaba en manos de la brasileña BRF.

A partir de esa adquisición, La Piamontesa se transformó en la segunda faenadora y productora de embutidos de cerdo del país, precisamente, la carne que más creció en demanda en el país en los últimos 10 años.

–¿Hay más chances de que el consumo de cerdo siga aumentando en el mercado interno?

–Tenemos todas las condiciones: tierra y maíz para seguir creciendo, no sólo en consumo interno, sino también en exportación, donde recién estamos dando los primeros pasos. Hay que mantener una política para seguir agregando valor a través del cerdo. El 80 por ciento de nuestra producción se destina a elaborar embutidos, mientras que el resto va a consumo de carne fresca de cerdo, que viene creciendo de manera consolidada en los últimos años. Hoy estamos en un total de 16 kilos por habitante por año, entre embutidos y cortes frescos, y creciendo.

–¿Cuál es la presencia de La Piamontesa dentro del mercado nacional?

–En Brinkmann tenemos 550 empleados y faenamos alrededor de 15 mil cerdos por mes. Somos el frigorífico de mayor producción de cerdos de Córdoba. Hemos logrado un perfil muy marcado en el consumo de fiambres con fuerte presencia en el NOA, en el NEA, en Córdoba y en el sur, y menos en Buenos Aires, donde Campo Austral es fuerte.

–¿Por qué decidieron adquirir Campo Austral?

–Fue una oportunidad para seguir creciendo en producción y en mercados. Recuerdo que, en la década de 1990, acompañé a mi padre a España, porque los dueños en ese momento de Campo Frío tenían intención de comprar La Piamontesa. Como mi papá no tenía previsto vender, la operación no se concretó y la empresa española abrió Campo Austral en Argentina. Quiso el destino que, después de más de 20 años, fuera La Piamontesa la que adquiriera Campo Austral, que ya para ese entonces estaba en manos de un grupo brasileño.

–¿Qué le aportó la compra a La Piamontesa?

–Sumamos una playa de faena en San Andrés de Giles, en Buenos Aires; una planta de fiambres en Pilar, también en Buenos Aires. Es una empresa con 850 empleados que procesa por mes entre 32 mil y 33 mil cabezas de cerdo, con fuerte presencia en el mercado premium en Buenos Aires. Además, sumamos ocho granjas en producción: una en Chilecito (La Rioja), tres en Córdoba, una en La Pampa y otras tres en la provincia de Buenos Aires. Entre todas, en total, son ocho mil madres.

–¿Es con la inversión en granjas de cerdos donde debe crecer aún más la cadena?

–Sí, se necesita seguir sumando producción y, para que ello ocurra, la única forma es sumar más granjas. Si tenemos en cuenta que hasta hace unos años éramos importadores netos de carne de cerdo y que ahora estamos exportando de manera creciente, desarrollar la producción seguirá siendo clave. Para ello habrá que mantener las reglas claras.

–¿Cuál es el próximo paso?

–Seguir dando valor a la producción. Nuestras expectativas son favorables, invertimos más allá de lo político, y somos cuidadosos. Tenemos las condiciones como país para revertir esta situación.