Una bajante histórica en el Paraná le pone un cepo al boom exportador de trigo
El pasado 3 de diciembre fue un día histórico para la agroexportación argentina: ingresaron a los puertos del Gran Rosario unos 5.500 camiones cargados con trigo, la mayor cifra en un solo día de la historia, según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) elaborado en base a datos de Williams Entregas.
Es solo un dato particular de un fenómeno que se viene repitiendo mes a mes en la campaña triguera que está finalizando en Argentina. Noviembre fue récord en ingresos de camiones a las terminales ubicadas a la vera del Río Paraná: unas 58.600 unidades, 45 por ciento más que un año atrás.
Hasta el 12 de diciembre, el ritmo del corriente mes se mantuvo también en los máximos de la historia: 46.800 camiones, 14 por ciento por encima del mismo período de 2018.
Las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) de trigo anotadas para diciembre totalizan 3,9 millones de toneladas, un máximo histórico para este mes.
Viento en contra
Sin embargo, desde mediados de año se viene repitiendo un problema sobre el que todavía no se avizora una solución y que le pone un cepo a este empuje del trigo: la bajante del Paraná.
En otro informe, la Bolsa rosarina toma datos del Instituto Nacional del Agua (INA) que muestran que, a la altura de Rosario, uno de los ríos más importantes de Sudamérica tiene una altura de 1,55 metros. Esto significa 1,70 metros o menos de la mitad de la altura media para esta época del año, que es 3,28 metros.
En agosto, el tránsito de buques llegó a estar paralizado durante algunas jornadas luego de que encallara un barco.
“La bajante del Paraná condiciona la carga de buques de trigo en temporada pico”, resumió en este contexto la BCR.
Cabe recordar que una importante proporción de las ventas de trigo se despacha en barcos que inician su carga en los puertos del Gran Rosario y, de ser necesario, la completan en las terminales del sur de Buenos Aires.
“Actualmente, sin embargo, la bajante del Río Paraná está limitando la carga de buques en las terminales del Gran Rosario. Si bien la navegación en el canal principal no presenta mayores dificultades, sí se complejizan las maniobras de aproximación a puerto. Dependiendo de la altura diaria del agua, los buques pueden llegar a salir de las terminales del Gran Rosario con un 40 por ciento menos de carga”, advirtió la entidad rosarina.
Un aspecto a tener en cuenta es que esta pérdida de eficiencia a causa de la bajante del Río Paraná, exige un importante reacomodamiento logístico de las compañías exportadoras, lo que a su vez incrementa los costos de operación.
Alta demanda
Esta mala noticia llega en un momento ciertamente inoportuno para la cadena triguera que venía acelerando sus ventas no solo por el temor a que se elevaran las retenciones si no porque hay una altísima demanda por el trigo argentino en varias partes del mundo.
“La rápida comercialización de trigo se sustenta, entre otros factores, en la activa demanda externa por provisiones argentinas. La cosecha australiana de soja se ha frustrado a causa del déficit hídrico, dejando desabastecidos los mercados del Sudeste Asiático y parte de África a los que por una cuestión geográfica abastece naturalmente”, subrayó la Bolsa.