Gasoductos: la meta ahora es llegar hasta el vecino y lograr que se conecte
En 2015, de las 427 ciudades y comunas que tiene la provincia de Córdoba, sólo 130 tenían redes de gas natural. Al cierre de 2019, se duplicó la cantidad de localidades con gas y la previsión es llegar a 190 de acá a 2023.
Pero a la red de gasoductos que la Provincia tendió en el interior provincial desde cero, más los refuerzos en las zonas donde ya había gas, les faltan tres cosas para que efectivamente semejante inversión, de 917 millones de dólares, se traduzca en lo que el Gobierno imaginó: desarrollo.
Lo primero es el tendido de la “última milla”, es decir, de la red capilar que permita que el gas llegue hasta las hornallas. Por el momento hay sólo 374 usuarios nuevos conectados de los 4.147 que ya tienen el “caño en la vereda”.
La segunda es que Vaca Muerta sea lo que la dirigencia política anterior y el empresariado imaginaron que sería: un polo generador de petróleo y gas no convencional, que permita no sólo abastecer el ciento por ciento del consumo local, sino que alcance para exportar. Sin gas suficiente tendrá poco sentido haber hecho semejante inversión en infraestructura.
La tercera es que la economía repunte, para que efectivamente los hogares y especialmente la industria puedan aprovechar los beneficios del gas natural. Los primeros, para mejorar la calidad de vida y abaratar la boleta en relación con otros sistemas de calefacción, y los segundos, para mejorar sus condiciones de competitividad, siempre y cuando haya gas suficiente y a un precio que debiera tender a bajar en el corto plazo.
Por el momento, al alcance de Juan Schiaretti está sólo lo primero. Lo demás depende, básicamente, de qué precio les garantice a las petroleras Alberto Fernández y de qué resultados logren sus políticas económicas en términos de crecimiento.
De todos modos, lo que le resta hacer a Schiaretti no es poco y no depende sólo de plata.
La última milla
En 2015, sólo el 30 por ciento de las localidades cordobesas tenía gas: eran 190, de las cuales 40 padecían restricciones, es decir, no podían conectar nuevos usuarios a la red, ya sea porque no había gas suficiente o porque no había redes. En Córdoba capital, por caso, desde noviembre de 2012, Ecogas impidió la conexión de nuevos usuarios: todos los edificios nuevos debieron readecuarse a la luz eléctrica o poner garrafas.
Con las tarifas congeladas casi desde 2001, las distribuidoras y transportistas de gas de todo el país dejaron de invertir. Sumar un cliente nuevo era, en definitiva, perder plata. Por entonces, la tarifa residencial estándar costaba 18 centavos. Cuando recuperaron tarifa y el Enargas aceptó pasar a precio algunas inversiones en redes, la ecuación cambió. Volvió a ser negocio vender gas natural. Pero las inversiones pagadas con tarifa no alcanzaban para extender las redes troncales, hechas hace medio siglo.
Entonces, la Provincia decidió asumir esa inversión. Córdoba recibe gas por dos vías: el gasoducto Centro-Oeste, construido por Gas del Estado en 1981, viene de Loma de la Lata, en Neuquén. Por el norte, el gasoducto del Noroeste trae gas de Bolivia, fue construido en 1965 y su ampliación estuvo atravesada durante años por polémicas obras no concluidas. Ambos son operados por Transportadora de Gas del Norte (TGN).
La construcción de un nuevo gasoducto troncal desde Vaca Muerta, que permitirá evacuar el gas no convencional desde Neuquén hasta Saliquelló (Buenos Aires), de modo indirecto le inyectará gas a Córdoba y le dejará más disponibilidad en los existentes.
Pero los gasoductos troncales llegan hasta la puerta de cada pueblo. Luego, hay que extender las redes en la localidad y después cada vecino debe conectarse del caño al interior de su vivienda.
Tendencia. En las localidades donde hay red de gas, las nuevas conexiones se aceleraron frente a las ciudades a las que llegó por primera vez. (La Voz)
Potencialidades
En ese proceso se está ahora. La Dirección General de Infraestructura, a cargo de Rubén Borello, registra a las 190 localidades que se incorporan al servicio en siete instancias. Hay 43 que ya tienen una primera etapa de red domiciliaria habilitada, con 129.385 metros de red y 4.147 usuarios potenciales, de los cuales 361 ya están conectados y 1.662, en proceso. Esas localidades tienen 16.588 usuarios potenciales, por lo que todavía el 75 por ciento podría sumarse al servicio cuando tengan red.
Con la primera etapa de red domiciliaria construida pero no habilitada hay 37 localidades, con 116.883 metros de red, 2.595 usuarios potenciales de un total de 10.380, 13 conectados y 315 con pedido. “Calculamos que para este invierno ya van a estar conectados”, dice Borello. En ejecución, en tanto, hay casi 20 mil metros de red en 18 localidades, con 969 usuarios potenciales. Otras 33 están con proyecto constructivo (1.626 usuarios potenciales); 22 tienen la traza definida ya de la primera etapa; 11 están trabajando en el anteproyecto, y 26, en el relevamiento catastral.
La primera etapa consistió en llegar con el gas al “núcleo” de cada localidad: se buscó abarcar los edificios públicos más importantes, como la escuela, el municipio y el centro de salud.
El método elegido fue hacer, en cada localidad, una primera etapa, que en general cubre la cuarta parte de todos los usuarios potenciales. En esta primera etapa, Ecogas y la Provincia han invertido ya 687 millones de pesos que ahora hay que recuperar para poder encarar las etapas siguientes y llevar los caños al resto de los vecinos.
Obras como estas, que se declaran de interés público, son de pago obligatorio para el frentista. Esto significa que el vecino no puede desistir de pagar por la red que pasa por el frente de su casa, que se abona con el Inmobiliario como una contribución por mejoras. Puede luego elegir conectarse o no, asumiendo la inversión particular de su vivienda, pero la “del barrio” la tiene que pagar.
Para esta primera etapa, la Provincia creó un Fondo de Desarrollo Urbano: cada municipio recibió un crédito, con seis meses de gracia, que debe devolver en 48 cuotas descontadas por coparticipación y ajustadas por salarios.
“Cada localidad decide su método de prorrateo: si cobra el ciento por ciento, si asume una parte o no, si cobra por unidad de vivienda o por metros de frente”, dice Borello. El Fondo dio en créditos ya 438 millones de pesos a 47 localidades y este año recuperará unos 100 millones, que se reinvertirán; más lo que la Provincia pueda aportar. El Gobierno provincial, en tanto, asumirá el pago del ciento por ciento de la obra que les correspondería pagar a aquellos usuarios en situación de indigencia y del 50 por ciento de los que están en situación de pobreza.
El desafío que sigue para la administración de Schiaretti es avanzar en las primeras etapas que aún no están habilitadas y luego seguir con la extensión de las redes en el resto de los lugares. Un metro de red domiciliaria cuesta casi dos millones de pesos. Es clave que Ecogas pueda aportar lo suyo, algo que se dificulta en un contexto de tarifas congeladas. La Provincia y los municipios, en tanto, también tienen sus propias restricciones.
Paralelamente, hay que lograr que el vecino se conecte a la red: es la famosa última milla. En estos años, técnicos de Ecogas y funcionarios de la Provincia y del Banco de Córdoba se reunieron con vecinos, gasistas matriculados, comerciantes e industriales para explicar los beneficios del gas natural.
A precios de hoy, una vivienda típica R2-3, con una cocina, calefón y dos calefactores, gasta 16.306 pesos anuales en gas (1.358 promedio al mes). Con igual consumo, pero en gas de garrafa de 10 o 15 kilos (que tiene subsidio nacional), el gasto es de 25.788 pesos (58 por ciento más), y si es con tubos de 45 kilos, que no tienen subsidio, se gastan 37.699 pesos (131 por ciento más que el gas natural). Pero, claro, el vecino tiene que asumir el costo de llevar los caños hasta su casa, una obra no menor en cuanto a gastos y a complejidad.
El crédito Dale Gas de Bancor es de 66 mil pesos por devolver en 48 cuotas, con tres de gracia, ajustadas por UVA. Hay casos en los que alcanza y otros en los que no. Además, debe cambiar un paradigma: usar el gas y esperar el monto facturado en la boleta, cuando con la garrafa se sabe con exactitud lo que se gasta y, si no hay plata, no se usa.
“La conexión al agua potable fue un proceso que llevó 40 años”, compara Borello. “La experiencia indica que, cuando se hace una red nueva de gas, en el primer año se conecta el 15 por ciento de los usuarios, y estamos por encima de eso”, asegura.
Donde ya había gas, las conexiones avanzan más rápido
En las 40 ciudades donde durante 2018 se levantaron las restricciones de acceso al gas, se incorporaron 8.296 usuarios nuevos, y a septiembre de 2019, otros 8.369.
Se calcula que, en ambos años, 20.680 se habrán conectado dado que se hicieron las obras de refuerzo, en su mayoría a cargo de Ecogas desde que se les permitió subir la tarifa para financiar inversiones.
Hay casi seis mil usuarios más con pedidos de conexión factibles o en análisis. En Tancacha, por caso, se sumaron 37; 207 en Bell Ville; 75 en Las Higueras; 152 en Villa María, y 8.824 en Córdoba capital.
En las localidades donde nunca hubo gas natural, el proceso es más lento. Rubén Borello, director de Infraestructura provincial, explica que son claves la participación de los intendentes, la información disponible para el vecino y hasta el involucramiento de los chicos.
Y relata el caso de Silvio Pellico, una comuna de 400 habitantes a casi 40 kilómetros de Villa María, en el sudeste provincial, donde chicos de sexto grado estudiaron el gas natural para la feria de ciencias y se proclamaron “guardianes del gas”. “Eso generó un contagio en todas las familias”, dice Borello, que se tradujo en resultados. Silvio Pellico tiene 16 viviendas ya conectadas y 57 en proceso, lo que hace, en menos de un año, al 60 por ciento de las casas del pueblo.
Impacto: en las empresas
Hasta ahora, hay 41 industrias ya conectadas en toda la provincia, que emplean en conjunto a 1.987 trabajadores. De esas 41, ocho son estaciones de GNC. La inversión, según el Ministerio de Servicios Públicos, fue de 217,7 millones de pesos, que impactará en un ahorro anual para las empresas de 158,9 millones.
La Voz del Interior