Comenzó el juicio al ex jefe de la comisaría de Brinkmann Ruben Chiambretto
Dio comienzo este lunes el juicio al ex jefe de la comisaría de Brinkmann, el comisario retirado Rubén Gustavo Chiambretto (50) quien está imputado como supuesto autor de «sustracción de caudales públicos y abuso de autoridad». La defensa del ex comisario está a cargo del abogado penalista Felipe Trucco.
Por tratarse de un efectivo policial, Chiambretto es juzgado por un tribunal compuesto por tres jueces técnicos y doce jurados populares, de los cuáles están en la sala únicamente los diez jurados titulares. Está presidido por el vocal de la Cámara Criminal y Correccional Guillermo Rabino y la acusación está a cargo de la fiscal de cámara Consuelo Ailaga Díaz.
Tras la presentación del caso a los jurados populares por parte de la fiscal de cámara y del abogado defensor, dio comienzo la audiencia. Tras responder sobre sus datos personales, el comisario retirado Chiambretto -por medio de su defensor- dijo que no iba a declarar y que si lo consideraba necesario haría alguna aclaración durante la audiencia.
De los seis testigos convocados para esta primera jornada, solo se hicieron presentes cinco. Entre ellos, el exdirector de la Departamental San Justo comisario mayor Héctor Roldán. Este indicó que al momento de ocurrir los hechos -en julio de 2016- tomó conocimiento de las presuntas irregularidades que se venían cometiendo en la comisaría de Brinkmann por los dichos de un efectivo policial. Roldán dijo que fue Franco Corvalán quien le informó que sospechaban del manejo que se venía realizando con los vales de combustible.
El jefe policial le explicó al tribunal y a los jurados cómo es el manejo de los vales de combustible, el cupo que se le asigna a cada repartición y el modo en que se deben distribuir. «No es la misma cantidad el combustible para un móvil que está en San Francisco como la que se le asigna al que se encuentra en un lugar pequeño, se puede llegar a ampliar el cupo si el móvil tiene que viajar en comisión o trasladar algún detenido», detalló.
El encargado de la estación de servicios en donde se aprovisionaban de combustible los móviles policiales -Leonardo Rubén Carioni- confirmó que en al menos tres ocasiones el entonces comisario Chiambretto le canjeó vales de combustible por dinero en efectivo.
La acusación está a cargo de la fiscal Consuelo Ailaga Díaz
En una de esas ocasiones, de acuerdo a los dichos del testigo, el dinero se iba a destinar al recambio de cubiertas en uno de los móviles. En las otras ocasiones la excusa fue efectuar refacciones en la casa que se encontraba al lado de la dependencia policial y que servía de vivienda para el jefe de la comisaría.
Quedó establecido que Chiambretto poseía dos vehículos particulares: un Toyota Etios y un Renault Sandero, con los que solía viajar desde su lugar de residencia en Villa Santa Rosa a Brinkmann. Carioni dijo que en algún momento el comisario cargó combustible en uno de sus autos particulares y lo hizo por medio de vales.
En la acusación se dejó establecido que los montos de dinero solicitados en distintas fechas fueron de $ 9.000, $ 10.600 y $ 6.490. Según Chiambretto, ese dinero estaba destinado a solventar gastos operativos de la dependencia policial a su cargo.
Un mecánico de la ciudad -Claudio Dalmasso- dijo no recordar mucho y fue necesario leerle su declaración ante la fiscalía para refrescarle la memoria. El testigo dijo que en una oportunidad le cambió el embrague a uno de los móviles y le demoraron dos meses en abonarle la reparación.
A su turno, el policía Franco Corvalán -quien en la actualidad presta servicio en Policía Judicial- dijo que un policía de apellido Tevez era el encargado de los vales de combustible y que cuando este uniformado tomó licencia y él se hizo cargo notó el faltante de unos 2000 litros de combustible.
Corvalán señaló que fue el propietario de la estación de servicios quien le confirmó el cambio de vales de combustible por dinero en efectivo y que la excusa que le ponían era que el dinero se usaba para mantenimiento y refacciones.
Otra de las cuestiones que salió a la luz en el testimonio de Franco Corvalán fue el referido a la adquisición de una batería destinada al móvil del destacamento de La Paquita. «A la batería la pagó quien estaba a cargo del lugar, cuando este policía reclamaba el dinero, Chiambretto le pidió que le consiguiera una factura por el valor de la batería pero que la hiciera recargar al doble, es decir como si hubiese comprado dos baterías, al final desde el municipio del lugar la reintegraron el dinero a este policía», expresó.
Corvalán también señaló que en una ocasión debió viajar a la ciudad de Sunchales, en la provincia de Santa Fe, por una investigación que se realizaba por diferentes hechos de robo y que le autorizaron a cargar combustible con un vale de la policía en su automóvil particular. Aclaró que se usó su vehículo en razón de no haber móviles no identificables en la dependencia.
Otro tema que salió a la luz fue la presunta orden que Chiambretto le había dado a sus subordinados de no informar todos los hechos de robo a la fiscalía de Morteros. El testigo Corvalán dijo que esa orden existió y que la misma era a los fines de bajar el índice delictivo que había en la zona.
Tras este testimonio, el tribunal decidió pasar a un cuarto intermedio hata este martes a las 8.30. La fiscal de cámara insistió en un testigo de apellido Monge que debía haber declarado este lunes, por lo que se aguarda que esta persona concurra a prestar declaración.
A Rubén Chiambretto, quien había asumido como jefe de la comisaría de Brinkmann en marzo del 2016, se lo acusa del manejo irregular de vales de combustible y de ordenar al persona no informar sobre todos los hechos delictivos que ocurrían en su jurisdicción. El relevo del jefe policial se produjo en el mes de julio de 2016, cuando estando de licencia se conocieron las presuntas irregularidades que ahora se ventilan en el juicio.
La Voz de San Justo