Fiestas de Navidad y Año Nuevo: la «mesa afuera», clave para limitar el riesgo de contagio
actor impensado quizás contribuya a que el impacto de la cena de Nochebuena en los contagios de coronavirus sea más bajo: la meteorología. La siempre difícil decisión de mesa adentro o afuera este año es más importante que nunca.
Las reuniones al aire libre reducen sensiblemente el riesgo de contagio respecto de si ese encuentro ocurre en un lugar cerrado y sin ventilar. Los expertos aseguran que nunca el riesgo será cero, pero es una medida clave.
Y el tiempo parece que acompañará el 24 de diciembre, ya que se espera cielo despejado, muy bajas chances de lluvia y calor, según los primeros pronósticos a largo plazo.
Sin embargo, algunos especialistas creen que los cuidados para evitar un brote navideño deberían empezar ya.
Rodrigo Quiroga, bioinformático del Conicet que sigue de cerca la evolución de la pandemia, propuso hace unos días una veda de reuniones sociales de 10 días antes de la Navidad para evitar que las personas se infecten y puedan contagiar a los grupos de riesgo.
“Desde la infección, la probabilidad de contagiar aumenta exponencialmente hasta los dos o tres días. Luego va disminuyendo, y entre los ocho y 11 días de la infección la persona ya deja de ser contagiosa”, detalla. A pesar de que pasó ese tiempo, el investigador cree que sigue siendo una buena medida no reunirse los días previos a la celebración.
“Evitar cualquier exposición al virus en los días previos a la reunión es clave. Hay que extremar los cuidados si tenemos que salir a trabajar. Usar barbijo y pedir a los compañeros que los usen. Y evitar los encuentros innecesarios”, señala Sol Minoldo, doctora en Ciencias Sociales e investigadora del Conicet.
Mientras sigue el debate sobre el impacto sanitario del velorio de Diego Maradona, Quiroga sostiene que las reuniones de fin de año son mucho más riesgosas.
Lo explica: “Durante el velorio, hubo 200 mil personas. Pero cada una estuvo en contacto con otras cinco. Muchas usaron barbijo y el evento fue al aire libre y de día. En la cena navideña, nos vamos a reunir los 45 millones de argentinos, y muchos encuentros serán sin barbijos y en espacios cerrados”.
Minoldo agrega: “No tomamos conciencia del riesgo que significa. Un joven puede no tener síntomas, pero sí contagiar a una persona mayor, y la puede matar o restarle calidad de vida. En una cena es muy fácil contagiarse”.
Al aire libre
Para ambos investigadores, garantizar que la cena sea al aire libre es la medida más importante para reducir el contagio por aerosoles. Si no se puede, hay que abrir ventanas y puertas para ventilar. La segunda medida en importancia es el uso del barbijo.
“Hay que tratar de tener puesto el barbijo lo más que se pueda hasta la cena. Esto reduce el riesgo de contagio por gotículas y por aerosoles”, señala Quiroga.
Minoldo apunta a mantener cierta distancia entre los comensales. “Hay que pensar en comidas que se puedan comer sin estar sentados a la mesa (empanadas, canapés), para armar rondas con distanciamiento social”, recomienda.
Otra medida importante es evitar compartir la vajilla, en especial, vasos y copas para reducir el riesgo de contagio por contacto.
Con quiénes
“Trataría de que las reuniones no sean entre mucha gente, quizás se pueden hacer varias reuniones familiares. Mientras más personas hay en la reunión, hay más chances de estar con alguien que esté infectado y también aumentan las probabilidades de que ese encuentro genere un brote de más casos”, explica Minoldo.
Quiroga también recomienda separarse en varias mesas si hay muchos comensales. Y sugiere el uso de barbijos mientras se preparan las comidas.
Impacto de las Fiestas
Quiroga reconoce que las reuniones de fin de año tendrán un impacto. Le preocupan, sobre todo, las personas mayores de 60 años. “Es un grupo que se viene cuidando muchísimo y no hay muchos contagiados entre ellos. Entonces, puede ocurrir que fin de año no genere un pico alto de casos, pero sí provoque muchos fallecidos por el impacto en este grupo etario», explica.
El investigador espera que los festejos no sean la chispa que inicie la segunda ola en Córdoba. Pero hay dos razones para pensar que eso podría suceder. “Si continúa el relajamiento que se ve, en algún momento van a volver a crecer los casos, y puede ocurrir durante las Fiestas», señala.
La segunda razón es que nuestra provincia todavía tiene mucha gente susceptible de infectarse. En el Amba, más del 40 por ciento de la población ya se contagió y tiene inmunidad. Pero en Córdoba ese porcentaje es del 20 por ciento, estima Quiroga.
Y agrega: «Mantener el equilibrio es muy delicado y sólo se logra si respetamos las medidas de prevención que todavía se sostienen, como el uso del barbijo, limitar las reuniones, o al menos hacerlas al aire libre y de día”.
LA VOZ