Con código QR y de exportación: dos empresas de Córdoba lanzan marcas propias de carne “premium”
próximo viernes, en un vuelo que partirá del aeropuerto internacional de Ezeiza rumbo a Emiratos Árabes Unidos, elestablecimiento ganadero Pilagá cumplirá un viejo anhelo: comenzar a comercializar, con una marca propia, carne producida en sus camposde Corrientes y de Santiago del Estero.
La cabaña (denominación que reciben los emprendimientos dedicados al mejoramiento genético de toros y de vacas) pertenece a la firma cordobesa Agrolam SA y subirá al avión cinco toneladas de cortes de primera calidad, extraídos de novillos de las razas Braford y Brangus.
Del mismo modo, el fideicomiso Cba Beef, que agrupa a productores ganaderos del sur cordobés, envió la semana pasada un primer cargamento de prueba de cortes premium hacia Alemania. Allí, un importador los colocará en restaurantes de primer nivel de ese país y de otras naciones de la Unión Europea.
No es la primera exportación de este grupo, pero sí marca el debut de la marca propia “La Pastoril” en ese mercado, el que más paga por la carne bovina en el mundo: actualmente, más de 10 mil dólares la tonelada, y en algunas épocas el precio ha llegado a superar los 20 mil dólares.
En ambas operaciones, la carne va envasada al vacío y con un adicional muy importante adosado en el empaque: un código QR que permite hacer la trazabilidad completa del producto, desde el novillo del que salió la carne hasta el frigorífico en el que fue faenado.
Nuevos paradigmas
Las experiencias de Agrolam y de Córdoba Beef son un reflejo local de una demanda global que se expande con rapidez, a medida que se produce el recambio generacional de los consumidores: conocer cómo se producen los alimentos que llegan a sus mesas y certificar que los modos de elaboración sean amigables con el ambiente y garanticen bienestar animal.
Pilagá es un nombre con trayectoria en la ganadería argentina: es una cabaña con más de 150 años y pionera en el desarrollo genético de ejemplares bovinos de calidad superior.
La idea de desarrollar una marca propia comenzó a gestarse hace dos años y se cristalizó la semana pasada, cuando se realizó la primer faena de novillos que aportaron la carne que se destinará a los Emiratos Árabes y también a carnicerías argentinas que comercializan cortes premium.
“Nos complace presentarles Pilagá Carnes, la marca a través de la que comercializaremos carnes premium con origen en nuestra genética premiada, y sumando valor gracias a la documentación de todo nuestro proceso productivo mediante tecnología de trazabilidad ampliada blockchain, a través de la cual los clientes podrán, a través de un código QR presente en cada producto, rastrear y conocer la trazabilidad completa de nuestras carnes hasta su origen”, informó Pilagá en sus redes sociales.
En concreto, el primer paso es un acuerdo con un importador de Emiratos Árabes para colocar 20 toneladas mensuales de cortes enfriados, tanto con hueso como sin, por vía aérea. El destino es el sector denominado «Horeca» (Hoteles, Restaurantes y Cafeterías).
“Además, hemos comenzado a registrar la etiqueta para China, Chile y Estados Unidos. Y nos anotamos para ingresar a la Cuota Hilton (cupo de exportación de carne sin aranceles a Europa) 2021/22. Es todo nuevo, vamos a ir despacio, pero tanto la historia de la marca como el contar con un código QR son valores agregados que pesan en los importadores”, comentó Juan Martín Miretti, director de Agrolam y de Cabaña Pilagá.
En el plano interno, la estrategia es llegar a carnicerías de nicho o a grandes cadenas de supermercados que comercializan este tipo de cortes envasados al vacío de alto valor.
Grupo exportador
En el sur de Córdoba, la experiencia viene de larga data: comenzó en 2004, cuando Edgardo Bustamante lideró el primer grupo de productores exportadores que envió cortes a Europa mediante la Cuota Hilton y que comenzó a trabajar bajo el paraguas de la marca La Pastoril.
Luego, la actividad se discontinuó, pero se reactivó en el ciclo 2018/19, cuando se armó el fideicomiso Cba Beef del que participan una decena de productores. La Pastoril, hoy, es la marca del fideicomiso, que en los últimos años participó de la Cuota Hilton. Se llama así porque sigue adelante unprotocolo Grass Fed que certifica que el 100 por ciento de la alimentación del animal es a pasto.
“Entre 2016 y 2017 viajé a Europa para retomar los contactos que habían quedado del primer grupo exportador y tuve reuniones con dueños de restaurantes. En ese entonces ya nos manifestaron que estaba creciendo la tendencia de vincular el producto final con los productores y su historia; lo ven como un valor agregado”, mencionó Bustamante.
En concreto, el europeo ya conoce la calidad de la carne argentina, pero también le parece interesante mostrar –y cobrar un precio diferencial por ello– cómo se produce y la historia de quienes la producen.
“En definitiva, comenzamos el año pasado un trabajo de siete meses de diálogo, ponernos de acuerdo, hicimos videollamadas desde el campo para que vieran la hacienda y el sistema productivo. El objetivo final: que nuestra carne no sea una más dentro del mercado, sino salir de la idea de unacommoditie para ir al concepto de una specialitie destinada al nicho de los restaurantes”, añadió Bustamante.
El resultado de estas negociaciones fue un compromiso comercial por tres años, con opción a continuar en el futuro, con un importador con base en Alemania, pero llegada a restaurantes de toda la Unión Europea.
Y con el sello distintivo de que La Pastoril está siendo registrada en la UE como marca. “Es una especie de joint venture: el comprador tendrá la exclusividad de uso de la marca y de a poco la idea es ir posicionándonos en este mercado premium, a mediano y largo plazo, de la mano de una estrategia de marketing que apunte precisamente a resaltar este valor diferencial de las historias familiares, de novillos que vienen pastando en los mismos campos generación tras generación”, resumió Bustamante.
DESDE EL SUR. Carne de La Pastoril, la marca del fideicomiso Cba Beef. (Gentileza Edgardo Bustamante)
A tal fin, también este grupo está desarrollando un código QR que está en proceso de validación para que el consumidor conozca la trazabilidad completa, incluso con la posibilidad de incluir un video del novillo que produjo la carne que está comiendo.
“Lo que hemos exportado es una primera muestra para que prueben la carne, hagan una degustación y vean el funcionamiento del código QR. Luego la idea es generar un calendario de envíos, en función de cómo venga la demanda en el marco de las nuevas olas de Covid-19”, detalló Bustamante.
LA VOZ