Covid: las principales “excusas” entre los que aún dudan en vacunarse
n Argentina y en Córdoba hay un grupo de personas que no son antivacunas, pero que todavía vacilan en ponerse la inyección a pesar de que ya podrían haberse inscriptos. Las razones son varias: sienten que no están en riesgo por el Covid-19 y dudan sobre la eficacia y seguridad de las fórmulas, por ejemplo.
Se desconoce cuántas personas serían. Entre octubre y diciembre pasados, la Fundación Bunge y Born encargó un estudio sobre confianza en vacunas. En ese momento, el 28 por ciento de los encuestados indicó que no se vacunaría contra Covid-19 por diversos motivos.
“Argentina y América latina tienen mucha confianza en las vacunas. Pero esa confianza se ve afectada por la circulación de noticias falsas y por la velocidad con la que se evolucionó la pandemia y las vacunas. Muchas personas decidieron esperar y ahora quieren vacunarse”, indicó Carla Vizzotti, ministra de Salud de la Nación en una entrevista a varios medios de la que participó La Voz.
BAJA PERCEPCIÓN DEL RIESGO
La funcionaria hizo foco en los jóvenes: “La juventud tiene una baja percepción del riesgo. Hay que tener un abordaje particular con ellos, tanto para que se sigan cuidando como para que decidan vacunarse”.
El riesgo de hospitalización y muerte por coronavirus baja con la edad. En Córdoba la letalidad en mayores de 40 años es del 3 por ciento (se mueren 3 de cada 100 personas notificadas con Covid-19), y entre 18 y 40 años esta tasa es de menos del 0,1 por ciento (se muere uno de cada mil).
Los jóvenes creen que el virus no les provocará nada, pero en las últimas semanas se observaron más jóvenes hospitalizados y fallecidos por Covid-19. Por el contrario, la alta tasa de vacunación en los adultos mayores está provocando una baja en la mortalidad en este grupo etario.
Los jóvenes estás expuestos al virus (en el trabajo y en las reuniones sociales) por lo que se contagian más. Como no están vacunados, el riesgo de complicaciones aumenta.
Otra razón para que los jóvenes se vacunen es que en algunos casos tras el cuadro agudo de Covid-19 suelen quedar secuelas en el mediano plazo como problemas respiratorios, neurológicos y cardiacos.
MIEDOS A LOS EFECTOS ADVERSOS
Los vacunadores de Córdoba cuentan que muchas personas jóvenes deciden no vacunarse cuando llegan al vacunatorio y se enteran que le aplicarán determinada vacuna. El foco está puesto en AstraZeneca. Algunos estudios señalaban que está fórmula puede provocar trombosis.
Pero es un efecto adverso muy infrecuente: entre los vacunados el riesgo es de 0,001 por ciento, mientras que entre las personas que se enferman de Covid-19 las chances de generar trombosis son del 15 por ciento, según el Grupo Cooperativo Argentino de Hemostasia y Trombosis.
Muchos le huyen a la vacuna porque aducen que “pega fuerte”. Hasta mediados de mayo (con 5,5 millones de dosis aplicadas) solo se habían reportado unos 30 mil efectos adversos, es decir, en el 0,53 por ciento de los casos. La mayoría son leves como febrícula, dolor en el sitio de la inyección, dolor de cabeza o de cuerpo y cierto malestar general que desaparecen a las 72 horas.
¿Qué sucede a largo plazo?, es otro interrogante de los que dudan. “Es muy poco probable que después de recibir cualquier vacuna, incluida la del Covid-19, se produzcan efectos secundarios graves que causen un problema de salud a largo plazo”, aseguran los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC).
Y agregan: “El monitoreo de la vacunación ha demostrado históricamente que los efectos secundarios generalmente ocurren dentro de las seis semanas posteriores a la administración de la vacuna”.
DESCONFIANZA SOBRE SU EFECTIVIDAD
Julieta P. (37 años) completa en tiempo y forma el calendario de vacunación de sus dos hijos. Su marido está vacunado contra Covid-19, pero ella no. “Tengo dudas de que se haya podido fabricar una vacuna segura y efectiva en tan poco tiempo. Tampoco se sabe si puede provocar algo grave de acá a dos años”, asegura.
Para su aprobación, las tres vacunas que se aplican en Argentina presentaron documentación que demuestra su seguridad y eficacia ante la Anmat y ante otras autoridades regulatorias del mundo.
Pero además, un estudio nacional reciente evaluó la efectividad en terreno, ya no en un ensayo clínico. Con una dosis la efectividad para mortalidad por Covid-19 fue del 74,9 por ciento con Sputnik V; 79,5, con AstraZeneca; y 61,6 por ciento con Sinopharm. Con dos dosis los porcentajes fueron 93,3% (Sputnik V), 88,8% (AstraZeneca) y 84% (Sinopharm).
“Tuve Covid-19, ya estoy protegido”: esa es otra falsa afirmación de que si la persona tuvo Covid-19 ya no necesita vacunarse. Si bien la mayoría de los recuperados desarrollan anticuerpos, esa protección quizá no sea tan efectiva contra nuevas variantes del Sars-Cov-2 que ya circulan y las que circularán en el país.
LOS VACUNADOS IGUAL SE MUEREN
El primer punto a tener en cuenta es que muchas personas vacunadas pueden morirse por otras causas, que nada tienen que ver con el Covid-19 o la vacuna.
Pero, además, las vacunas no son un 100 por ciento efectivas para evitar la muerte por Covid-19. Su eficacia depende el sistema inmunológico de cada paciente y del nivel de exposición al Sars-Cov-2 que tienen las personas. Por eso los expertos recomiendan mantener los cuidados (barbijo, distanciamiento, ventilación, evitar las reuniones masivas) a pesar de estar vacunados.
LA VOZ