Cautela tras la detección de la variante Delta en la red cloacal de Córdoba
La confirmación de que investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) detectaron la variante Delta de coronavirus en aguas residuales de la ciudad de Córdoba generó preocupación en la población.
Sin embargo, varios expertos coinciden en que se trata de una pista más de que está versión más contagiosa del virus está avanzando en Argentina y en la provincia, pero no es una señal clara de que se haya vuelto dominante.
El Gobierno de Córdoba está analizando los resultados del trabajo realizado por el Instituto de Virología de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNC y coordinado por la viróloga Gisela Masachessi desde hace un año. Hasta el momento, tanto los autores como las autoridades sanitarias no han brindado detalles del estudio.
Para el análisis utilizaron la técnica de identificación de variantes en tiempo real. Es un método preciso y rápido ya que determina qué variante del Sars-Cov-2 está presente en la muestra según la ausencia o presencia de determinadas mutaciones.
Juan Manuel Carballeda, investigador del Conicet y la Universidad Nacional de Quilmes, también monitorea el Sars-Cov-2 en residuos cloacales. No accedió al trabajo cordobés pero aseguró que, hasta donde sabe, los monitoreos que se realizan en el país no pueden medir qué porcentaje de una variante está circulando.
“Solo indica que hay personas en la zona que abarca la red cloacal infectadas con esta variante. No pueden precisar cuánto es variante Delta y cuánto de otras variantes. Sólo dan positivo para esa versión del Sars-Cov-2”, detalló.
También indicó que la sensibilidad depende mucho de la técnica y del momento en que se toma la muestra. En algunos casos pueden detectar la presencia de un caso en 10 mil personas.
Las muestras fueron tomadas la semana pasada en la planta de Bajo Grande que recibe las aguas residuales del 60 por ciento de la población de la Capital, es decir, unos 800 mil habitantes.
CAUTELA DE EXPERTOS
“El virus ya está secuenciado y detectado en su nueva variante, pero eso no significa que tengamos una explosión epidemiológica. Es algo para tener muy en cuenta, pero no es una preocupación mayúscula por el momento. Es incluso algo lógico porque el virus se elimina por materia fecal”, detalló Hugo Pizzi, médico infectólogo de la UNC, que no participó del trabajo.
En tanto, Graciela Sadino, presidenta de la Sociedad Argentina de Infectología de Córdoba y asesora del Ministerio de Salud, hizo foco en continuar con el buen ritmo de la campaña de vacunación y descartó que haya circulación comunitaria preponderante de Delta.
Sin embargo, indicó que preocupan los casos de pacientes infectados con esta variante a los que no se le puede encontrar el nexo epidemiológico. “Eso pasa cuando hay varios casos secundarios no vinculados al caso cero, como sucedió en Deán Funes”, ejemplificó a Cadena 3.
Por su parte, Miguel Díaz, director del Hospital Rawson, señaló que hay un aumento de casos por la variante Delta, pero no en internaciones. “Hasta ahora se mantienen los mismos porcentuales de complicaciones que las variantes anteriores, no ha habido diferencias. La proporción es del 10 al 15 por ciento de los casos que debe ser internados”, detalló en radio Universidad.
PRIMERA ALARMA
Los estudios en la red cloacal se convirtieron en una herramienta epidemiológica durante esta pandemia en varios países. Un monitoreo similar realizado en Israel demostró que la detección de una variante en las cloacas anticipa lo que días después se observa en la población.
También se realizan en Chile, España, Estados Unidos, Francia y Holanda, entre otros países.
De hecho, análisis de los líquidos cloacales en China, España y Brasil demostraron que el Sars-Cov-2 ya estaba circulando varias semanas antes de que se produjera el brote inicial de Wuhan, a fines de 2019.
QUÉ PASARÁ CUANDO SE INSTALE LA DELTA
Más contagiosa. La variante Delta tiene una contagiosidad de más del doble que la versión original del coronavirus. Esto se debe a que desarrolla una mayor carga viral en la vías aéreas superiores por donde se expulsa virus y que la persona infectada se vuelve contagiosa antes y por más tiempo.
Vacunas. Por el momento, todas las vacunas se han mostrado eficaces para reducir el impacto de esta variante. Con dos salvedades: la eficacia es muy superior cuando las personas tienen puesta las dos dosis y esta eficacia se mide sobre el porcentaje de hospitalizaciones y fallecidos. No son tan eficaces para detener los contagios.
Avance. Según el comportamiento observado en otros países, cuando la variante Delta alcanza del 1 al 5 por ciento de todos los contagios de una región tarda entre 3 a 4 semanas en convertirse en la variante dominante (50% de los casos) y de 6 a 8 semanas en representar el 90 por ciento de los casos.
Consecuencias. En los países con buena cobertura de vacunación completa, la Delta está provocando una nueva ola de casos pero con baja mortalidad y hospitalización. Casi todos son no vacunados. Y se observa una mayor incidencia en los menores de edad donde el nivel de inmunización es muy bajo.