Por los planes sociales y la emigración, las industrias de maquinaria agrícola no consiguen empleados
Los productores rurales y contratistas argentinos suelen adquirir bienes de capital debido a la alta inflación y a la imposibilidad de realizar inversiones, dada la profunda crisis económica que atraviesa el país.
Esta situación produjo un incremento en la demanda de maquinaria agrícola como sembradoras, cosechadoras, fertilizadoras, pulverizadoras y acoplados de cosecha. Durante el año 2021, las ventas de este tipo de insumos se incrementaron casi un 40% respecto al año pasado, según informó Clarín.
El problema es que en las localidades del interior del país donde están ubicadas las fábricas faltan trabajadores, personal calificado y viviendas para alojarlos. Operarios de maquinarias y líneas de montajes, técnicos mecánicos y soldadores son algunas de las profesiones más requeridas por la industria.
Esta situación se ve agravada por el incremento en los planes sociales y la emigración interna y externa. En muchos pueblos del interior suelen escasear tanto las ofertas laborales como la mano de obra calificada, por lo que se genera un círculo vicioso que impacta en la producción.
Gracias a la industria metalmecánica, los ciudadanos permanecen en sus localidades de origen y evitan emigrar hacia ciudades o el exterior. En los pueblos suele haber menos desocupación que en los grandes centros urbanos: muchas compañías invierten en medios de transporte para los trabajadores que viven en localidades cercanas.
Los industriales argentinos demandan la necesidad de convertir los planes sociales en puestos de trabajo, debido a que muchos prefieren no incorporarse a una empresa para no perder el beneficio.
En Córdoba, la producción se incrementó un 30% en los últimos dos años. Desde el Gobierno provincial ya trabajan en programas de capacitación para sustituir los subsidios estatales con empleo formal.
El Gobierno nacional, por su parte, presentó el plan “Te sumo”, destinado a subsidiar a empresarios para que incorporen a jóvenes trabajadores a su planta.
TESTIMONIOS
Ignacio Tanzi es propietario de la fábrica de sembradoras Tanzi, radicada en Arequito. De acuerdo con el empresario, “la gran mayoría de las fábricas de maquinaria agrícola están ubicadas en localidades de población no muy grandes, y sin mucha disponibilidad de mano de obra capacitada en aspectos técnicos. Entonces, cuando se presenta la posibilidad de crecimiento y se precisa contratar gente, aparece el problema de falta de oferta laboral”.
“Son escasas las personas con los oficios de la industria metalúrgica como soldadores, gente con conocimiento en la lectura de planos, oficio de tornero para el mecanizado, entre otros. Que en verdad son oficios simples de esta actividad y que son realmente escasos, y allí queda en evidencia la importancia de las escuelas técnicas, de nivel secundario”, abundó.
En esa línea, opinó que “como sociedad, debemos poner un poco el ojo en ese tema y desarrollar más estos oficios. Nosotros estamos en un proyecto de expansión con la planta nueva en construcción y nos encontramos con este problema, como le ocurre a varios de los colegas. Ante este problema optamos por dedicarle un tiempo a la capacitación directa, en la medida que la medida que se presenta la necesidad”.
Esteban Giammalva, es jefe de Marketing de Fertec, una compañía que produce fertilizadoras en la ciudad cordobesa de Marcos Juárez. Explicó que en el último año y medio la cantidad de personal contratado se duplicó: “Y las dificultades para esa incorporación radica en el contexto geográfico en el que se encuentra la mayoría de las empresas del sector”.
“Las plantas están ubicadas en ciudades medianas o chicas, como Marcos Juárez y Las Parejas, donde existe una oferta de empleo capacitado limitada. Por ello, hemos contratado mucha gente que es de otras ciudades como Córdoba, Rosario, Caba, Río Cuarto, y buena cantidad de gente de localidades de la zona, como Leones, Inriville, Los Surgentes y Cruz Alta. Tenemos empleo y talentos de muchas partes del país”, puntualizó.
“En los puestos de fábrica, que demandan operadores formados en escuelas industriales o que pasaron por un proceso de capacitación de mecatrónica o alguna cuestión por el estilo, se complementa esa formación con programas de capacitación específica para evitar que la curva de aprendizaje se torne muy extensa”, dijo.
“El gran desafío es producir cada vez más, porque el mercado lo exige. Y precisamos planificar los tiempos de entrega. De lo contrario, con la venta de este año nos comemos la entrega del año próximo”, finalizó Giammalva.
Osvaldo Giordi es un empresario de la localidad de Fuentes, en Santa Fe, propietario de Máquinas Agrícolas Giorgi, una compañía que fabrica rastras de discos y sembradoras. Reconoce que “no hay abundancia de planes sociales en la zona”, aunque señala la carencia de trabajadores calificados para el sector metalmecánico.
“No sólo damos trabajo, sino que somos una escuela de entrenamiento. Los empleados que se incorporan, si tienen voluntad, aprenden diversas cosas de esta disciplina. Por ejemplo, aprende sobre manejo de herramientas, medición de piezas, materiales, procesos industriales diversos y preparación de superficies para otras operaciones dentro de la fábrica”, comentó respecto a su actividad.
“En los últimos tiempos, nos brindaron la posibilidad de sacar créditos fiscales o bonos fiscales, promovidos por programas de apoyo a la industria desde el Ministerio de Producción. A través de esa vía, incorporamos asesores o especialistas que capacitan personal como soldadores, en el sector de pintura”, añadió.
“A propósito de lo que es capacitación, estoy ejerciendo la presidencia de la Fundación Cideter, que es una unidad de vinculación tecnológica que se encuentra en Las Parejas, y donde acabamos de inaugurar una escuela de soldadura. Allí se capacitará a personal de las empresas y a principiantes, personas que tiene la UOM en oferta en su bolsa de trabajo”, cerró.
AGRO VOZ – LA VOZ