Alumnos que discontinuaron sus estudios por la pandemia podrán tener una certificación profesional
Los alumnos que por la pandemia discontinuaron su contacto con la escuela podrán tener una certificación profesional que los habilite a ingresar al mundo laboral, con una nueva propuesta académica impulsada por el Ministerio de Educación que combina los saberes básicos de una secundaria común con trayectos de formación profesional en un oficio o habilidad específica.
La Escuela Profesional Secundaria fue aprobada por el Consejo Federal de Educación en diciembre pasado y apunta a aquellos estudiantes de entre 15 y 18 años que discontinuaron su contacto con la escuela durante la pandemia por coronavirus y que les cuesta volver a insertarse a raíz de la carga horaria u otras particularidades del régimen académico.
Esta nueva modalidad de enseñanza que surge como respuesta a esa coyuntura, tiene la particularidad de que no se desarrolla por ciclos ni por materias, sino que se entrega la certificación a los alumnos que acreditan las capacidades, lo que hace que un estudiante pueda tener un título habilitante en dos o cuatro años.
«Esto dependerá de los conocimientos que haya adquirido el estudiante antes de haber perdido el contacto con la escuela, porque la Escuela Profesional Secundaria les reconoce todos los saberes aprendidos y una vez obtenida la certificación profesional, está habilitado a ingresar al mundo laboral o a seguir en una universidad», dijo a Télam Gerardo Marchesini, director del Instituto Nacional de Educación Técnica (INET).
Esta nueva modalidad de enseñanza «arrancó en marzo y ya hay 522 comisiones que propusieron las provincias en base a la demanda laboral existente en su territorio, porque otra particularidad es que las trayectorias profesionales las seleccionó cada jurisdicción en base a ese criterio», explicó Marchesini.
«Estamos teniendo muchísima demanda para la apertura de comisiones, porque se trata de una modalidad novedosa que reduce la carga horaria de una tecnicatura común, cambia el régimen académico ya que no se cursa por ciclos o por materias, les acredita los saberes aprendidos y los habilita con un título para el mundo laboral o para seguir estudios superiores«, agregó el funcionario.
Entre las demandas más solicitadas están la de todo tipo de instalaciones, ya sea de gas, sanitarias o eléctricas; refrigeración, energías renovables, programación y economía del conocimiento, cuidado de personas, manipulación de alimentos, apicultor, horticultor, elaboradores de lácteos y helados y panificadores.
También servicios como el turismo, la hotelería y electromovilidad junto a todo tipo de mecánica, especialmente reparación de motos y transporte liviano.
«Estas certificaciones profesionales que se otorgan tienen nivel dos y tres, es decir que requieren de mayores conocimientos para obtenerlas; por ejemplo en el caso del instalador de gas, y los combina con los Núcleos de Aprendizaje Prioritarios (NAP), que reúnen los saberes básicos en Matemáticas, Lengua y Ciencias que toda escuela media tiene», detalló Marchesini.
En cuanto a la carga horaria, el director del INET destacó que la trayectoria de formación profesional se obtienen con 600 o 900 horas anuales, mientras que los NAP son entre 2.500 y 2.600 horas.
«Una tecnicatura en cambio son 6.500 horas anuales enfocadas en espacios curriculares y en el caso de las escuelas técnicas secundarias con jornadas de doble turno», dijo el funcionario, quien señaló que «es difícil saber con certeza cuantos estudiantes discontinuaron sus estudios por la pandemia».
En este sentido apuntó que «de los que perdieron contacto hay muchos que volvieron pero no se sabe cuántos de ellos van a poder sostener el ritmo y la carga horaria de 13 espacios curriculares que tiene la escuela secundaria tradicional».
Además, precisó que en la Escuela Profesional Secundaria las comisiones «no podrán tener más de 15 alumnos cada una» y se cursan «en los centros de formación profesional o en espacios que habiliten las provincias de acuerdo a la demanda».
Por otro lado, remarcó que con la construcción de los edificios escolares nuevos que anunció el presidente Alberto Fernández para el año próximo se podrán tener «80.000 alumnos en esta nueva propuesta académica».
«Buscamos de esta forma dar una respuesta urgente a una situación coyuntural que heredamos por la pandemia con un título cualificante para habilitar al alumno al trabajo o seguir estudios superiores, pero también es un paso hacia una necesaria discusión del nivel secundario en la Argentina», destacó el funcionario.
Y añadió que «la Argentina no se puede dar el lujo de perder generaciones con los indicadores que tenemos, ya que si los jóvenes no están en la escuela y también son menores para trabajar, algunos optan por un trabajo precario para sostenerse».