Investigadores cordobeses detectaron el “bocavirus” en pacientes pediátricos de terapia intensiva
El “bocavirus 1″ es un agente infeccioso que provoca enfermedades respiratorias en niños y niñas menores de 5 años, especialmente en lactantes, y que puede producir neumonía y complicaciones a largo plazo.
Investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) estudian este agente hace tiempo y en un nuevo estudio publicado para la revista científica Diagnostic Microbiology and Infectious Disease revelaron que puede provocar una infección respiratoria grave.
Aunque el germen fue identificado por primera vez en 2005, todavía hay muchos aspectos que se mantienen como interrogantes.
El grupo de investigación utilizó técnicas de detección molecular (PCR) y así comprobó que es más que frecuente en pacientes pediátricos con un cuadro de infección respiratoria aguda.
En pacientes menores de 2 años internados en la terapia intensiva del Hospital de Niños de la Santísima Trinidad se lo identificó en 28% de los casos.
“Es importante tenerlo en el radar porque provoca cuadros graves de neumonía viral. Saber eso nos ayuda a llegar a un diagnóstico diferencial y a reducir el uso de antibióticos”, explicó al portal Unciencia la investigadora Laura Beatriz Moreno, titular de la cátedra de Clínica Pediátrica de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNC.
CARACTERÍSTICAS DEL GERMEN
El bocavirus 1 integra la familia de los parvovirus, que también pueden afectar a animales. De allí deriva su nombre: “bo” (por ganado bovino) y “ca” (por canino).
“No es un virus emergente. Es nuevo porque lo identificamos hace poco, pero ya existía. Después de numerosas series estudiadas sabemos que infecta el tracto respiratorio y puede hacer sintomatología, principalmente en niños y niñas”, explicó María Pilar Adamo, investigadora del Instituto de Virología José Vanella, de la UNC.
Su genoma está constituido por ADN (al igual que el adenovirus, que también produce infección respiratoria) y se considera “desnudo” porque no está envuelto por una capa lipídica, como sí tiene el Sars-Cov-2.
Se estima que esta condición hace que permanezca más tiempo en el ambiente con la capacidad de infectar.
Al ser un agente relativamente nuevo, no existen métodos accesibles de detección y no se busca habitualmente.
Los paneles respiratorios que habitualmente se utilizan para establecer qué tipo de agente desencadenó la enfermedades respiratorias no permiten identificar el bocavirus 1. Al no ser detectado, puede formar parte del grupo de los casos “negativos” y se dificulta su diagnóstico.
LOS RESULTADOS DEL ESTUDIO
La investigación contempló una muestra de 141 pacientes menores de 2 años internados en la terapia intensiva del Hospital de Niños con cuadros de infección respiratoria.
El período analizado fue de abril de 2021 al mismo mes de 2022 y el promedio de edad de la población afectada se ubicó en los cinco meses.
El 80% de los casos tenía al menos un virus detectado.
El Virus Sincicial Respiratorio (VSR). principal causante de bronquiolitis y neumonía en menores de 5 años, se encontró en 71,6%, mientras que el bocavirus 1 se encontró en 28%.
Cinco pacientes se habían infectado únicamente con el virus que estudia este grupo científico de la UNC.
“Fuimos haciendo diferentes análisis para detectar los virus. También analizamos las características clínicas y complementamos con estudios de imágenes, como radiografías”, agregó el investigador Gabriel Amilcar Boggio.
El equipo confirmó que este agente se comporta muy parecido al Virus Sincicial, que afecta el sistema respiratorio y que no suele desencadenar cuadros gastrointestinales. Al igual que el sincicial, se sospecha que podría exacerbar cuadros de asma o sibilancias.
“Provoca hipoxemias más o menos graves, pero no las complicaciones que sí generan algunas infecciones, como las de influenza, coqueluche o adenovirus. “Conocer que el paciente tiene bocavirus 1 contribuye al manejo terapéutico del bebé”, expresó Moreno.
PRÓXIMOS DESAFÍOS
Los investigadores sostienen que en la era poscovid se necesitan más estudios para conocer mejor cómo se comportan los virus respiratorios.
En ese sentido, el principal desafío tiene que ver con el desarrollo de tecnologías apropiadas. Existe un anticuerpo monoclonal que se podría utilizar para identificar al bocavirus en las secreciones respiratorias pero la técnica debe probarse y estandarizarse.
Otro pendiente es encontrar un método de detección más accesible y desarrollarlo ya que cuanto más rápido se llegue al diagnóstico, más certero será el tratamiento.
Por ese motivo, este grupo de investigación se propone encontrar una técnica equivalente a la inmunofluorescencia en conjunto con el Laboratorio de Hemoderivados de la UNC.
“Estamos haciendo estudios con el suero de donantes. Queremos saber si los anticuerpos presentes en la sangre nos sirven para detectar el antígeno del virus en la muestra respiratoria”, reveló Adamo.
LA VOZ