SanCor cerró de manera definitiva una planta especializada en quesos en San Guillermo
n medio del conflicto con el gremio Atilra, que llevó a que disminuya fuertemente su producción por largas asambleas internas, la cooperativa láctea SanCor anunció el cierre definitivo de su planta de San Guillermo, en Santa Fe.
La empresa había reactivado ese establecimiento en junio pasado luego de un cierre que se prolongó durante tres años. En ese momento volvió a producir después de un acuerdo con la firma Aristeo SA. La planta está especializada en quesos blandos. La semana pasada, LA NACION había anticipado que SanCor estaba evaluando la posibilidad del cierre definitivo.
“El socio en la operación de esta planta no pudo soportar la falta de actividad”, dijeron desde la cooperativa láctea, que viene afrontando medidas de fuerza de Atilra desde mediados de octubre pasado. Indicaron que el cierre decidido ahora es “sin posibilidad de reapertura”.
Según indicaron a este medio, la planta estaba ocupaba 26 personas y procesaba entre 60.000 y 70.000 litros diarios. Crecía tanto en volumen como en personal con excelentes perspectivas, aunque se enfrentó con el conflicto con el sindicato lechero. La cooperativa láctea compró esa planta en 1956 que era para manteca. Después allí produjo dulce de leche y caramelos de dulce de leche. Entre 1995 y 1998 fue parte del plan de reconversión industrial de SanCor por 200 millones de dólares.
Desde el 14 de octubre pasado, el gremio Atilra realiza asambleas de seis horas en las diferentes dependencias de la cooperativa durante las cuales los trabajadores retienen tareas y discuten la situación que atraviesa la cooperativa. Inicialmente, esto se originó como una protesta por la demora en la creación de un fideicomiso de salvataje, pero posteriormente se amplió a una demanda por salarios. A pesar de que hubo tres reuniones en el Ministerio de Trabajo de la Nación entre SanCor y Atilra para internar destrabar el conflicto, no se logró ningún acuerdo.
Por este conflicto, el 19 de octubre último SanCor tiró más de 100.000 litros de leche almacenados que no pudieron procesarse en la planta que hoy cierra sus puertas. En la misma línea, en la firma alertaron sobre una creciente “falta de provisión de productos al mercado”. Según pudo saber este medio, los faltantes se dan en quesos untables, crema, manteca y algunos quesos.
En tanto, según pudo saber este medio de fuentes del mercado, por la relevancia en el rubro de las fórmulas infantiles, la marca SanCor podría registrar desabastecimiento en estos productos. “Es un alimento esencial. Roemmers es dueña de la marca SanCor Bebé y no puede abastecer el mercado, siendo líder de la categoría”, alertaron fuentes al tanto del impacto en la producción.
Por otro lado, a un mes y medio del inicio del conflicto, en SanCor aseguraron que hay un creciente malestar dentro de los empleados porque muchos manifiestan que quieren volver a trabajar. “Sabemos de las presiones indebidas que sufren muchos de los trabajadores de SanCor, que manifiestan cada vez más abiertamente su voluntad de retomar las tareas porque ven peligrar su fuente de trabajo y porque los motivos que se aducen exceden la cuestión salarial”, indicaron.
Los directivos de la firma láctea aclararon que el objetivo, ahora, y tal lo expresado en una comunicación anterior, es explorar alternativas con otros interesados en participar en la operatoria industrial y comercial. Esto se da luego de que se venció el plazo para la constitución del fideicomiso que buscaba aportar 60 millones de dólares para un “salvataje” de la firma. Ese fideicomiso era impulsado por un grupo de empresarios de diversos rubros, pero luego de dos años su plazo caducó sin mayores avances. El sindicato había acusado a la firma de no colaborar para su puesta en marcha.
“La finalización del proceso del fideicomiso de administración se produjo como consecuencia de la disposición contractual acordada entre las partes, al no haberse reunido las condiciones mínimas para su constitución, habiéndose tornado inviable en razón del tiempo transcurrido”, afirmaron en la cooperativa láctea.
LA NACION