Registro Civil: Brinkmann anotó más defunciones que nacimientos en lo que va del 2024
En las mayores ciudades del interior cordobés, los registros civiles vienen anotando en los últimos años más defunciones que nacimientos.
Según publica LA VOZ DEL INTERIOR, eso implica, en términos demográficos, que registran un crecimiento vegetativo negativo, es decir que si no reciben una migración significativa tienden a tener cada año menos habitantes que en el anterior.
En Brinkmann, de acuerdo a la información confirmada desde el Registro Civil de la ciudad, la tendencia coincide con las estadísticas provinciales. “Acá registramos, en lo que va de las fechas, más defunciones que nacimientos”, expresó María José Morini.
Comparativamente, a la fecha se han registrado 43 defunciones y 33 nacimientos. Mientras que para el mismo período de tiempo del 2023 se había notificado al revés, hubo más nacimientos (57) y menos cantidad de fallecimientos (28).
INFORME DE LA VOZ DEL INTERIOR
En las mayores ciudades del interior cordobés, los registros civiles vienen anotando en los últimos años más defunciones que nacimientos. Eso implica, en términos demográficos, que registran un crecimiento vegetativo negativo, es decir que si no reciben una migración significativa tienden a tener cada año menos habitantes que en el anterior.
En 2023 se percibió otra vez con contundencia ese fenómeno, que ya viene registrando antecedentes en la misma línea desde hace al menos cinco años.
Entre las seis ciudades mayores del interior cordobés, los números muestran un solo caso diferencial: San Francisco. Esa ciudad registra números que empatan los nacimientos y las defunciones registradas en 2002 y en 2023.
En tanto, en la Capital –donde vive el 39% de la población provincial– se escribe otra historia: aún registra más recién nacidos que fallecidos, aunque con una diferencia cada vez más ajustada y más cercana al empate.
En Río Cuarto, Villa María, Villa Carlos Paz, Alta Gracia y Río Tercero las cifras de 2022 y 2023 evidencian con contundencia que nacen menos que los que mueren. Ya venía ocurriendo incluso en años previos.
En el total provincial, en tanto, aún se registra un crecimiento vegetativo positivo. Por caso, en el año 2022, se anotaron en esta provincia 41.078 nacimientos y 36.914 defunciones.
Esa diferencia, de todos modos, es cada vez más ajustada. El cambio no se observa tanto en los fallecimientos sino, y drásticamente, en los nacidos. La escalera en franco descenso se entiende con números: en 2019 se inscribieron en la provincia casi 51 mil bebés; en 2020 bajaron a 46 mil; en 2021 se anotaron 44 mil, y en 2022 fueron 41 mil.
Los datos fueron relevados por el Idecor, un instituto dedicado al mapeo de datos y estadísticas que depende del Ministerio de Finanzas de Córdoba, en este caso en base a cifras del Registro Civil de la Provincia.
Las seis mayores del interior: más fallecimientos que nacimientos
En cinco de las seis mayores ciudades del interior esta situación representa un fenómeno notorio, más evidente que en el promedio provincial.
En Río Cuarto, con unos 160 mil habitantes, en 2022 hubo 2.275 nacimientos frente a 2.704 fallecimientos (un 19% de diferencia). En los primeros 10 meses relevados de 2023 (el informe oficial cuenta hasta esa fecha) se inscribieron 1.614 nacidos y 1.977 fallecidos.
En Villa María, con alrededor de 85 mil habitantes, en 2022 se registraron 1.275 nuevos bebés y 1.865 decesos (una diferencia del 46%). En 10 meses de 2023, la escala se repite: 1.005 en una lista y 1.451 en la otra.
En Villa Carlos Paz, con unos 78 mil pobladores, no es diferente el cuadro: 585 nacimientos y 904 defunciones en 2022 (55% es la diferencia). En 10 meses de 2023 esos números fueron de 446 y 653.
En San Francisco, con unos 66 mil habitantes, la ecuación es algo diferente al resto, con cifras prácticamente empatadas: en 2022 hubo 858 nacidos frente a 860 fallecidos, y en 10 meses de 2023 se contaron en esa ciudad 670 y 656, respectivamente.
En Alta Gracia, con unos 58 mil pobladores estimados, los nacimientos anotados en 2022 fueron 680, frente a las 914 defunciones (34% de diferencial). En 10 meses de 2023 la proporción se repite similar: 469 nacidos y 672 fallecidos.
En Río Tercero, de alrededor de 50 mil habitantes, en 2022 se registraron 511 bebés y 932 decesos (un 82%, el diferencial más alto de la serie). En 10 de meses de 2023, en tanto, esas cifras fueron de 416 y 816, respectivamente.
Los números, por ciudad (hacer click en cada una)
En todos los casos, como en el promedio provincial, es notorio el descenso que se registra año tras año en la cantidad de nacimientos.
La baja de la tasa de natalidad se trata de un fenómeno que no sólo se repite en todo el país, sobre todo desde 2016 hasta hoy, sino que caracteriza a casi todo el planeta actualmente.
Córdoba, incluso, está entre las cuatro provincias argentinas con menos tasa de fecundidad. En el país, la media es de 1,4 hijos por mujer en edad fértil y en Córdoba es de 1,3, según datos del Censo 2022.
En cuanto a la población actual por ciudad no hay datos oficiales precisos y cercanos: el Censo 2022, a casi dos años de su realización, aún no detalló los habitantes por localidad.
Por qué en la Capital es diferente
El demógrafo Leandro González, docente e investigador en la UNC, apunta que efectivamente se percibe una baja más notoria en la natalidad en los centros urbanos de zonas de mayor desarrollo económico, sea por perfil agroindustrial o turístico.
Al principal interrogante abierto, de por qué la ciudad de Córdoba ofrece una ecuación distinta al tener aún más nacimientos que defunciones, interpretó que una razón clave sería que en la Capital hay mayor proporción de sectores socioeconómicos vulnerables.
“Es probable que esos sectores tengan menos chances de planificación familiar, por razones económicas y culturales, y a pesar de que la tasa de natalidad bajó mucho en todos los estratos sociales, es factible que haya bajado menos entre los más pobres”, señaló González, acotando que se trata de una hipótesis y no de una certeza porque “los datos existentes sobre natalidad no están desagregados por nivel socioeconómico”.
González recordó que la tasa de natalidad descendió mucho en Argentina en los últimos años, y en todas las edades, pero sobre todo entre madres adolescentes (entre 14 y 20 años). Pero insistió en que esos datos estadísticos que se conocen por edades no aportan certezas sobre niveles sociales.
“En general, se presume que las familias pobres siguen siendo algo más numerosas que las de clase media o alta, aunque hayan bajado también su tasa de hijos por mujer en la última década”, señaló.
LA VOZ