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STRESS – El incómodo problema ginecológico que disparó el estrés y cómo detectarlo

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Solo en Estados Unidos genera pérdidas anuales por casi 1,4 millones de dólares, es más frecuente en quienes tienen altos niveles de estrés, propicia la depresión y complica fatalmente las relaciones sexuales. ¿Qué es? La candidiasis vaginal, infección que con la vaginosis bacteriana conforma una dupla ginecológica insoportable de la que casi no se habla. Ni siquiera, del todo, entre las mujeres. Y ni siquiera cuando las ventas de antimicóticos ginecológicos crecieron 66% entre 2019 y 2023, según datos del Observatorio de Salud, Medicamentos y Sociedad de la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA).

Esta nota pretende clarificar el ABC de dos patologías que no son de transmisión sexual y que para las mujeres resultan un suplicio. Ambas parten de un simple desequilibrio en la flora de la vagina, donde deberían convivir pacíficamente hongos, bacterias y virus.

Sin embargo, por distintas razones (desde factores hormonales como el embarazo u otros hasta temas de alimentación, estilo de vida o, en gran medida, estrés), unos microorganismos, de repente, crecen por encima de los otros y se desencadena una pequeña batalla. Si la guerra se desmadra, puede derivar en una infección sintomática.

Aunque estos cuadros tienen gran prevalencia y hay mujeres que hasta los padecen en forma crónica, la ignorancia sobre el tema es grande y pocas mujeres distinguen los síntomas particulares de la candidiasis, bien distintos de los de la vaginosis bacteriana. ¿Ayudaría un espacio de enseñanza, en este sentido, ya desde la escuela secundaria?

Por lo pronto, al desconocimiento se suma la incomodidad que provoca hablar de estos temas, incluso entre las mujeres. De ahí al autodiagnóstico, hay un paso. Y, dando otro más, llegamos a la automedicación.

Autodiagnóstico y autotests para candidiasis

Apuntando al debate sobre si la automedicación se justifica en estos casos o no, Facundo Gómez Cherey, docente de la UBA y médico del Servicio de Ginecología del Hospital de Clínicas “José de San Martín” en la sección Patología Vulvovaginal, compartió un paper de investigadores estadounidenses publicado hace ya un par de décadas, que resume un fenómeno seguramente vigente: los errores en el autodiagnóstico de las mujeres que creen tener candidiasis.

Aunque la automedicación es usual, conviene consultar al médico ante síntomas de candidiasis o vaginosis bacteriana. Foto Shutterstock.Aunque la automedicación es usual, conviene consultar al médico ante síntomas de candidiasis o vaginosis bacteriana. Foto Shutterstock.

De casi 100 que asumieron tener esa patología, el estudio reveló que solo el 33,7% tenía una infección por el hongo candida; casi 19% tenía vaginosis bacteriana (o sea, no un hongo sino una bacteria); más del 21%, vaginitis mixta; 13,7% estaba “normal”, y 10,5% tenía otros diagnósticos.

La conclusión del trabajo es que “muchas mujeres que se autodiagnostican y utilizan un producto de venta libre para el tratamiento de una presunta candidiasis vulvovaginal, no la tienen”.

Los autores remarcan que “el fácil acceso a estos productos se asocia con gastos financieros desperdiciados, expectativas incumplidas y un retraso en el diagnóstico correcto para un número sustancial de mujeres”.

De la misma manera, mujeres que creen tener -pero no tienen- vaginitis y piden en la farmacia óvulos antibacterianos (en lugar del clásico antimicótico para candida), además de no resolver su problema, engrosan el enorme problema mundial de la resistencia a antimicrobianos, un fenómeno de preocupación internacional, según el cual el consumo desmedido de antibióticos de amplio espectro (que barren no algunos “bichos” sino todos los que tiene la flora del individuo) genera que los microorganismos se acostumbren a las drogas y se vuelven más resistentes.

En la consulta ginecológica, muchos médicos usan pruebas diagnósticas rápidas de ADN para determinar candidiasis o vaginosis. Foto ShutterstockEn la consulta ginecológica, muchos médicos usan pruebas diagnósticas rápidas de ADN para determinar candidiasis o vaginosis. Foto Shutterstock

Dicho todo esto, en algunos países (como España o Chile) se comercializan autotests que miden el ph vaginal. Vale aclarar que el ph es una medida indicativa del nivel de alcalinidad o acidez en cierta sustancia. Si bien el resultado de estas pruebas diagnósticas no es concluyente, los tests hogareños se autopromueven como “guías” útiles conocer si hay una infección y cuál.

En Argentina no se venden. ¿Servirían en alguna medida?

Candidiasis: cómo reconocer los síntomas

Laura Fleider, jefa de Patología Cervical en el Hospital de Clínicas y docente de la UBA, y Lucía Domingo, ginecóloga de planta del Hospital Santojanni (que también atiende en el Instituto de Diagnóstico y Tratamiento, y en el sanatorio Finochietto), coincidieron en que estamos frente a un círculo poco virtuoso y de difícil solución respecto de cómo debería ser el abordaje de estas situaciones.

Un ejemplo de los autotest para detección de candidiasis que se venden fuera de Argentina. Un ejemplo de los autotest para detección de candidiasis que se venden fuera de Argentina.

Los autotests, dijeron ellas -y coincidió Gómez Cherey-, no son una buena estrategia porque el resultado no es concluyente. Su alcance, remarcaron, es muy limitado, en parte porque no solo hay dos patologías (por más que sean las más prevalentes) y además se perdería el ojo sobre los cuadros de cronicidad.

Para Domingo, en cambio, sería indispensable que “todos los centros de salud tuvieran demanda espontánea de ginecología”, precisamente para atajar situaciones que “no son de tanta gravedad, pero en las que la mujer tampoco puede esperar mucho”.

Tiene sentido, tomando en cuenta que el diagnóstico médico no siempre se limita a lo meramente observacional (lo que tampoco es menor). Domingo y Gómez Cherey hablaron de unos tests rápidos que ellos mismos usan en el consultorio, que no están diseñados para autotoma.

Los test para "candidiasis" y "vaginosis bacteriana". Los test para «candidiasis» y «vaginosis bacteriana».

A esa estrategia Fleider sumó la importancia de mejorar la educación sobre estos temas, de modo que el autodiagnóstico, cuando se hace, sea lo más acertado posible: “Es fundamental que las mujeres aprendan a entender sus síntomas y a leer el flujo vaginal. Siempre es mejor consultar al médico, pero tiene sentido que la mujer aprenda sus síntomas».

Los tres especialistas acordaron en que los cuadros de reincidencia ameritan acompañamiento clínico, en especial porque algunos tipos de candida son resistentes a los antifungicidas. Por cierto, informó Domingo, “ciertas condiciones como diabetes o inmunosupresión pueden aumentar las chances de reincidencia”.

Veamos los síntomas de la candidiasis. Fleider explicó que el flujo suele ser tipo “leche cortada o ricota» y que «hay mucha irritación vulvovaginal, pero no debería haber olor”.

En cambio, suele haber prurito, remarcó Gómez Cherey, y sumó un dato central, que es el efecto perjudicial de sumar humedad en la forma de tratamiento. Así, recomendó “evitar los asientos de Malva, que pueden generar dermatitis de contacto” y, frente a la picazón, “evitar sobrehigienizarse, ya que la humedad empeora todo el cuadro”.

Candidiasis y estrés, un matrimonio en puerta

Los tres ginecólogos hablaron del influyente factor del estrés, ya que el cortisol (la famosa “hormona del estrés”) puede desequilibrar la microbiota vaginal y beneficiar la proliferación de hongos.

Es un contexto difícil, en ese sentido. Para Fleider, “cada vez se ven más casos de candidiasis” y, encima, remarcó Domingo, “hay mucha candidiasis resistente, en parte asociada a la resistencia a antimicrobianos y a la disbiosis (N. de la. R: el desbalance de la microbiota), asociada a los malos hábitos alimentarios”.

La "candidiasis" y "vaginosis bacteriana". Foto ShutterstockLa «candidiasis» y «vaginosis bacteriana». Foto Shutterstock

En este punto, vale la pena recordar los datos de la COFA enunciados arriba: entre 2019 y 2023, le venta de óvulos antibióticos para vaginosis bacteriana y una infección parasitaria menos común llamada trichomona vaginalis, cayeron 13%, mientras que los antimicóticos (para candida, en sus múltiples versiones) subieron 66%.

La vaginosis bacteriana y sus síntomas

Domingo aclaró que “el estrés es causa de candidiasis, pero no de vaginosis”, patología que, dicho sea de paso, “no pica, no irrita la vulva y en cambio sí trae un olor específico”.

“Muchas mujeres tienen este cuadro después de menstruar o de tener relaciones sexuales, como una alcalinización transitoria del ph vaginal que hace que se alteren las bacterias en la vagina”, agregó.

Los tres médicos destacaron que si el flujo no es blanquecino, los síntomas apuntan a una vaginosis y la flora no se reacomoda sola a lo largo de un par de días, conviene consultar al médico, ya que podría estar oculta una infección parasitaria (trichomona) que, como la vaginosis, se trata con antibióticos, pero con otra dosificación.

¿Por qué bajó la venta de esos óvulos? Gómez Cherey no llegó a una conclusión definitiva, pero marcó dos cuestiones para tener en cuenta: que tanto la mala alimentación como el consumo de tabaco tienen un rol importante en el desarrollo de vaginosis bacteriana.

Son datos que conviene aprender y compartir. Porque, como explicó Gómez Cherey, guste o no, “el 75% de las mujeres tendrá al menos un episodio de candidiasis a lo largo de su vida”.

CLARIN

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