Sarampión, Hepatitis A y Tos convulsa – Tres enfermedades que vuelven y van en aumento
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En cuanto al sarampión, el aumento de contagios no es sólo local: se viene dando también en América del Norte, donde en 2025 ya ha habido un caso mortal. Los casos en Argentina tuvieron lugar sin excepciones en la Ciudad de Buenos Aires, más precisamente en el barrio de Palermo. En total suman seis y desde el 1° de febrero rige un alerta epidemiológica emitida por el Ministerio de Salud de la Nación.
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El sarampión es una enfermedad viral altamente transmisible de persona a persona. Se contagia a través del contacto directo con las secreciones nasales o de la garganta de personas infectadas.
El caso cero fue una nena de 6 años que había viajado con su familia a Rusia con escalas en Dubai, Vietnam y Río de Janeiro. A los pocos días se contagió su hermana, de 20 meses. El tercer caso se registró el 14 de febrero, con una persona de 40 años sin antecedente de viaje, residente también en Palermo, con domicilio cercano a los dos primeros contagiados.
El 21 de febrero fue el cuarto caso, también sin antecedente de viaje. En este caso se trató de una adolescente de 18 años, vecina de los otros infectados. Luego, se contagiaron dos adolescentes más, una de 19 años y otra de 16. Se comprobó que todos las infecciones ocurrieron por situaciones de contacto entre esos pacientes. Un sólo caso derivó en neumonía y requirió de internación.
“Ante la confirmación de dos nuevos casos de sarampión, se recomienda a la población verificar en el carnet de vacunación el registro de al menos dos dosis de vacuna contra el sarampión (doble o triple viral) y consultar inmediatamente ante la presencia de fiebre y exantema”, señaló el Ministerio de Salud porteño en un comunicado.

Desde el Ministerio de Salud de la Nación explicaron que “el sarampión es una enfermedad viral, altamente contagiosa, que puede presentarse en todas las edades, siendo de mayor gravedad en niños menores de 5 años o desnutridos, en los cuales puede causar graves complicaciones respiratorias como neumonía y del sistema nervioso central como convulsiones, meningoencefalitis, ceguera, encefalomielitis postinfecciosa con retraso mental grave y trastornos degenerativos tardíos que no tienen tratamiento o incluso causar la muerte”.
El sarampión se transmite mediante gotas de aire de la nariz, boca, o garganta de una persona infectada. El virus puede persistir en el aire o sobre superficies, y sigue siendo activo y contagioso por dos horas. No existe tratamiento antiviral específico contra el virus del sarampión, sino sólo medidas de sostén clínico y de sus complicaciones, pero puede prevenirse con la vacunación.
Alerta por la hepatitis A
En cuanto a la hepatitis A, Salud confirmó el incremento de casos en lo que va del año, con una mayor incidencia entre las personas de de 20 a 39 años, por lo que también instó a la población a tener el calendario de vacunación al día con esta enfermedad.
Al comparar las cifras actuales con el pasado reciente se comprende la alarma. “Durante el quinquenio 2019-2023, se notificó un promedio de 31 casos anuales, con un mínimo de 10 en 2021 y un máximo de 55 en 2022. En 2024, se confirmaron 69 casos, superando el umbral de alerta a partir de la semana 39. Desde el inicio de 2025, la cantidad de casos confirmados notificados ha sido superior a los valores esperados”, dice el último Boletín Epidemiológico Nacional.
La cantidad de casos detectados este año ubican la hepatitis A en zona de brote, con cuatro contagios por semana. En las primeras seis semanas del año suman ya 24 los casos. ¿Cómo se manifiesta la enfermedad? “Es una inflamación hepática causada por el virus de la hepatitis A, cuya transmisión ocurre principalmente por vía fecal-oral. Esto puede suceder cuando una persona susceptible consume alimentos o agua contaminados con material fecal de una persona infectada, o por contacto oral-anal durante relaciones sexuales”, explicó el Ministerio.

Agregó que “a diferencia de las hepatitis B y C, la hepatitis A no evoluciona hacia la enfermedad hepática crónica. Sin embargo, puede generar síntomas incapacitantes y, en casos raros, provocar hepatitis fulminante (insuficiencia hepática aguda), una condición potencialmente mortal”.
Según datos de Nación, en el último tiempo las tasas de cobertura de vacunación en Argentina han mostrado un descenso. Vanesa Castellano, pediatra del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez y directora médica del Departamento Científico de la Fundación Vacunar, consideró que “los avances en inmunización dependen de un compromiso conjunto entre el sistema sanitario, la comunidad y los profesionales de salud. La vacunación es una herramienta fundamental para garantizar la protección contra múltiples enfermedades y prevenir el resurgimiento de algunas que se encontraban eliminadas o controladas”.
Más contagios de tos convulsa
En ese contexto, la tercera enfermedad infecciosa que enciende las alarmas es la tos convulsa, también conocida como pertussis o coqueluche, sumamente contagiosa de las vías respiratorias altas que afecta principalmente a niños, aunque también puede atacar a adolescentes y adultos. Sigue siendo una de las principales causas de muerte en menores de cinco años a nivel mundial. Hasta el Boletín Epidemiológico de la semana epidemiológica 6 se habían registrado en el país 19 casos confirmados, contra ninguno en el mismo periodo de 2024.
Contra la tos convulsa, ni la infección natural ni la vacunación generan inmunidad de por vida. Por lo tanto, su control requiere una alta tasa de protección inducida por la vacuna en todas las edades. Modelos epidemiológicos demostraron que la vacunación subóptima en diferentes edades contribuyó al resurgimiento de la enfermedad en los últimos 15 años.
“Quienes contraen la bacteria de la tos convulsa, además de las consecuencias para su salud, contribuyen a la propagación del patógeno al contagiar a otras personas de su entorno familiar, escolar o laboral, poniendo en riesgo a su comunidad. Aunque los individuos vacunados están más protegidos, en algunos casos los niños que se contagian pueden ser demasiado pequeños para recibir la vacuna, no haber completado el esquema de vacunación (incluidos los refuerzos) o, en el peor de los casos, que sus cuidadores hayan decidido no vacunarlos”, explicó Castellano.
La médica agregó que “esta enfermedad puede tener consecuencias muy graves en los más pequeños. Afortunadamente, desde hace más de 10 años existe una medida de protección para este grupo en los primeros meses de vida: la vacunación de la madre con la triple bacteriana acelular (contra difteria, tétanos y coqueluche) durante el embarazo”.
CLARIN