¿Por qué la Semana Santa cambia de fecha cada año?
La Semana Santa es una celebración de la Iglesia Católica que conmemora el sacrificio de Jesús de Nazaret por la humanidad. Este año inicia oficialmente el día 13 de abril, Domingo de Ramos, hasta el 20 de abril, Domingo de Resurrección.
Durante esta jornada cristiana, los feligreses reflexionan sobre la última semana de Jesucristo en la tierra y cómo su pasión, muerte y posterior resurrección significan una renovación espiritual y redención para sus pecados.
Aunque cada año tiende a cambiar de fecha, siempre suele fijarse entre mediados de marzo y abril, coincidiendo con la fase de luna llena y el equinoccio de primavera, marcándose así por el calendario lunar en lugar del calendario gregoriano que habitualmente usamos y que sigue el periodo solar.
A pesar de las variaciones del calendario lunar, la Pascua cristiana siempre se celebra entre el 22 de marzo y el 25 de abril; estas fechas se repiten en un ciclo de 5.7 millones de años, siendo el 19 de abril la fiesta más frecuente para la celebración del Domingo de Resurrección.
Origen de la Semana Santa
Según la tradición católica, el origen de esta celebración se explica en los cuatro evangelios de las Santas Escrituras: Marcos, Mateo, Juan y Lucas que narran a detalle los días que antecedieron a la crucifixión de Jesús hasta su posterior resurrección.
Esta semana toma inicio el Domingo de Ramos, donde Jesús fue recibido con júbilo en Jerusalén con ramas de palmas y aclamado como Rey de Israel mientras iba montado en un burro, de ahí el nombre Domingo de Ramos. El lunes visitó la casa de Lázaro, advirtiendo a los que utilizaban la palabra cristiana con el pretexto para vender.
El martes se recuerda cómo anunció la traición de sus discípulos Judas y Pedro, y el jueves tuvo lugar la última cena con sus 12 seguidores mientras les lavaba los pies a cada uno y servía un trozo de pan y una copa de vino para representar su cuerpo y su sangre, instaurando de esta forma las misas cristianas.
Este mismo día es traicionado por Judas con dos monedas de plata, donde es capturado y encarcelado para que al otro día, viernes, sea azotado y crucificado, siendo el sábado su entierro y el Domingo de Resurrección donde se reencuentra con algunos de sus seguidores.