Para la soja y el maíz, las altas temperaturas no serán gratis
Si algo faltaba para generar más incertidumbre y eventuales perdidas de rendimientos en los cultivos, es la ola de calor que está azotando el país.
Esta semana, todas las zonas productivas del país han comenzado a sufrir altas temperaturas, en muchos casos con valores records, un fenómeno que se extendería por lo menos una semana más.
El calor extremo llega en un momento muy sensible para los cultivos, las sojas de primera, en avanzado estado vegetativo, en formación de chauchas y floración avanzada, están sufriendo las elevadas temperaturas, lo que provoca aborto de flores y de chauchas.
Los maíces en plena polinización sufren quema de polen por las excesivas temperaturas.
La opinión generalizada de los productores es que esta sequía seguida por elevadas temperaturas no será gratis, habrá merma en los rendimientos y en la producción tanto de soja como de maíz.
La magnitud de las perdidas dependerá de la extensión del período de altas temperaturas y el momento en que se produzca el quiebre o el cambio en el patrón climático. Dicho de otra forma, cuando vuelvan las lluvias.
Las lluvias previstas para la primera semana de febrero no superan los 10 milímetros sobre las provincias de la pampa húmeda. Esta cantidad de lluvia no es suficiente para compensar las elevadas temperaturas y la condición de sequía que afectan a más del 80% del área agrícola del país.
Sobre las provincias del NOA y el norte de Santiago del Estero se esperan lluvias abundantes a muy abundantes, con valores en el rango de 50 a 100 milímetros.
Además de la sequía, los mercados enfrentan un futuro incierto desde el punto de vista político y económico. La retirada del capítulo fiscal, que incluye el aumento de las retenciones, de la Ley Ómnibus que se trata en el Congreso es un tema con final abierto.
De todos los cultivos podemos destacar que la suspensión de la eliminación del aumento de las retenciones a los productos de las economías regionales es una medida acertada y evita que se pierda la competitividad exportadora de estos sectores.
El frustrado aumento del 12% al 15% en las retenciones a las exportaciones de trigo y de maíz se hubiera diluido en función de la devaluación del dólar oficial implementada por el Gobierno.
Y finalmente, el aumento del 31% al 33% en las retenciones al aceite de soja y a la harina de soja hubiera tenido un efecto destructivo sobre la competitividad del sector agroindustrial exportador aceitero. Un tema que lo desarrollamos en profundidad en nuestro artículo publicado la semana pasada.
La Argentina necesita crecer en exportaciones agroindustriales de forma exponencial, con un tipo de cambio único y competitivo, con un plan de eliminación de derechos de exportación y sin restricciones de ningún tipo para comercializar.
Está demostrado que esa hoja de ruta generará más de 800 mil nuevos puestos de empleo y U$S 100 mil millones anuales de exportaciones.
La única forma en que la Argentina vuelva a ser potencia agroindustrial exportadora es sin retenciones.
Justamente, el Gobierno pretendía hacer todo lo opuesto queriendo imponer las retenciones a las exportaciones. Llamaba mucho la atención la voluntad oficial de no dar marcha atrás en una medida que será un bumerán, con consecuencias directas en la fuerte caída del ingreso de divisas a partir del tercer y cuarto trimestre de 2024.
Mientras tanto, el mercado de soja sigue con tendencia negativa, con caídas de U$S 75 por tonelada en el mercado de Chicago entre mediados de noviembre y el cierre de esta semana. Y en el caso del maíz, la perdida fue de U$S 22 por tonelada, en el mismo período de tiempo.
En nuestro país, la soja llegó al precio mínimo de U$S 288 por tonelada en la posición abril, y el maíz mantiene tendencia sostenida en U$S 180 por tonelada en la posición marzo.
AGRO VOZ – LA VOZ