Schiaretti se activa con reuniones y búnker propio
El exgobernador mantuvo sus primeros encuentros en su flamante oficina ubicada en la Capital. Los opositores ponen la lupa en las “designaciones ocultas” de Llaryora en la planta política. ¿Hay luz al final del túnel en el conflicto docente?
Desde que dejó el poder provincial el 10 de diciembre pasado, el exgobernador Juan Schiaretti adoptó un profundo silencio. La intención del exmandatario es respetar la tradición en el peronismo cordobés: quien gobierna conduce, y por eso toda la centralidad la tiene el gobernador Martín Llaryora.
Sin embargo, esa etapa de pausa en la esfera pública –Schiaretti siguió hablando con dirigentes, y especialmente con Llaryora, en todo este tiempo– empieza a llegar a su fin.
El excandidato presidencial está instalado desde hace semanas en una vieja casona que fue remodelada y que funciona ahora como búnker para las reuniones que encabeza Schiaretti. El inmueble está ubicado en barrio General Paz, de la capital cordobesa. Algunos en el PJ hablan del “Instituto Bustos”, una analogía con el Instituto Patria de Cristina Fernández de Kirchner. Se sabe de la devoción que tiene el exgobernador por el brigadier Juan Bautista Bustos, dos veces gobernador de Córdoba.
La semana pasada, por ejemplo, Schiaretti recibió allí al diputado nacional Nicolás Massot, uno de los referentes de la bancada de Hacemos Coalición Federal, el bloque en el que están los cordobeses alineados a Llaryora y a Schiaretti.
Cerca del exmandatario aseguran que ese no fue el único encuentro y que, de a poco, se está activando. “Trascienden muchos menos cosas de las que pasan”, dijeron, sin dar detalles. Schiaretti había dicho a sus cercanos que esperaría hasta marzo para levantar el perfil. Marzo llegó y hay expectativas sobre sus próximas acciones.
LA VOZ