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Envejecer de manera “natural”: la nueva tendencia en medicina estética

¡Compartir es demostrar interés!

Es cierto que a la hora de hablar del cuidado de la piel del rostro, aparecen muchas opciones. Las más comunes consisten en rutinas de cuidado domiciliario -con cremas y serums-, y la protección solar.

En el camino de mejorar la piel y la apariencia del rostro, quienes tengan el deseo de “dar un paso más” y hacer algún tratamiento, deben contar en una primera instancia con información apropiada.

Pero además, teniendo en cuenta el edadismo reinante, que glorifica la “juventud eterna” y desprecia las huellas del envejecimiento (sobre todo en las mujeres), lo ideal es que exista la posibilidad de reflexionar acerca de si se trata de un deseo propio o de un imperativo socio-cultural.

Y si se desea incursionar en algún tratamiento, es imprescindible acudir a profesionales serios, al tanto de los avances y procedimientos seguros que puede brindar la denominada medicina estética.

Cambio de tendencia

En este sentido, y lejos de las tendencias que predominaban algunas décadas atrás, crece el interés por una apariencia que lejos de los rellenos desmedidos y las cirugías, pueda atenuar a nivel estético los signos del paso del tiempo sin que eso implique un cambio en las facciones del rostro.

El objetivo de muchas personas es seguir manteniendo sus rasgos de la manera “más natural posible” (está claro que hablamos del efecto buscado: si existe un procedimiento no estamos hablando de naturalidad, ya que lo natural sería aceptar el paso del tiempo y cuidar el rostro sin intervernirlo).

Por eso hoy están en boga dentro de este ámbito los tratamientos de bioestimulación, que buscan que sea el propio cuerpo el que produzca más colágeno, una proteína clave en la elasticidad de la piel.

Qué es el llamado “slow aging”

Está claro que una carrera contra el tiempo, es una carrera perdida. Nadie puede detener el envejecimiento. A lo que se alude con el término “slow aging” (envejecimiento lento) es a que los signos del paso del tiempo tarden más en aparecer.

“El envejecimiento es un proceso biológico natural, que no solo no se puede evitar, sino que además nos demuestra el camino recorrido. Últimamente, en medicina estética estamos comenzando a usar estrategias para acompañar a los pacientes de forma cada vez más natural y menos invasiva”, postula Fernando Felice, cirujano plástico, director del Congreso Internacional Masterhub y docente de la Universidad de Buenos Aires.

Y añade: “Diversos estudios han demostrado que ciertos hábitos y tecnologías pueden influir positivamente en su ritmo, mejorando tanto la apariencia física como la calidad de vida”.

En relación a los hábitos, menciona un estilo de vida saludable, el uso de protección solar, un enfoque integrativo, y tratamientos médico-estéticos.

1- Estilo de vida saludable: “Una alimentación equilibrada rica en antioxidantes, actividad física regular, descanso adecuado y el control del estrés, son pilares fundamentales. Estos factores ayudan a reducir la inflamación crónica y el daño oxidativo, principales responsables del envejecimiento celular”, sugiere.

También propone estimular el cerebro y mantener la mente activa y tener redes sociales reales, con amigos, familia y grupos de pertenencia.

Por último, sugiere limitar el uso de pantallas y hacerse chequeos de salud anuales o de acuerdo con lo que indique cada médico clínico o de cabecera.

2- Protección solar: “La exposición solar excesiva es una de las principales causas del envejecimiento prematuro de la piel. El uso diario de protector solar y barreras físicas (como sombreros o gafas) previene el daño inducido por los rayos ultravioletas (UV)”.

3- Tratamientos médico-estéticos: “Hoy día existen tecnologías avanzadas y productos bioestimuladores que ayudan a preservar la estructura de la piel, mejorar la calidad de los tejidos y estimular la producción de colágeno, como la radiofrecuencia, los ultrasonidos focalizados, el ácido hialurónico, la toxina botulínica o la hidroxiapatita de calcio”, enumera.

4- Enfoque integrativo: En este sentido, indica que “la medicina moderna también incorpora el análisis hormonal, el manejo del sueño, la microbiota intestinal y el bienestar emocional como componentes claves para promover una longevidad saludable”, asegura.

Rutina de cuidado domiciliario

Yendo “de menor a mayor”, las rutinas de cuidado diarias con cremas, serums y ácidos cumplen un rol fundamental en la prevención y el mantenimiento de la salud cutánea.

Entre las funciones que cumplen, “previenen el envejecimiento prematuro al proteger la piel del daño ambiental (como la radiación UV y la polución), estimulan la renovación celular, mejoran la textura, luminosidad y uniformidad del tono de la piel; hidratan, reparan y refuerzan la barrera cutánea, lo que es clave para una piel más fuerte, tolerante y saludable”, enumera.

También explica que algunos activos como los alfa y beta hidroxiácidos, la vitamina C, el retinol o los péptidos actúan directamente sobre arrugas finas, manchas y flacidez leve.

Según Felice estos tratamientos son esenciales, y requieren constancia en el uso para observar resultados. Además, deben ser indicados por profesionales, ya que el mal uso de algunos activos (como los ácidos o el retinol) puede provocar irritación o sensibilización.

FUENTE: Clarín.

 

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