CRA, durísima contra Sammartino: “Los tamberos contamos los días para que se vaya”
presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Dardo Chiesa, realizó este martes durísimas declaraciones en contra del director de Lechería de la Nación, Alejandro Sammartino.
“Nos haría un favor que se vaya. Los tamberos contamos los días para que llegue el 10 de diciembre y deje el cargo. Y si sale de gira por el país, mejor que no pare a cargar gasoil porque si se cruza un productor puede que no le vaya bien”, disparó Chiesa durante una conferencia de prensa que brindaron dirigentes del área de lechería de CRA.
El titular de la entidad confederada acusó a Sammartino de haber “embarrado la cancha” desde que asumió el cargo, y sostuvo que es imparcial porque “es parte en el otro lado del mostrador (en relación a la industria láctea)”.
“Siempre se dirigió hacia el proyecto de CRA de institucionalización del mercado en forma despectiva, humillante. Y bastardeó todo intento de alcanzar una solución. Llevamos 20 mesas de competitividad lechera y Sammartino no hizo absolutamente nada. Viene de una extracción empresaria que lo acerca mucho a los intereses de la industria”, continuó Chiesa.
Reglas de juego
La conferencia había comenzado minutos antes de estas declaraciones, en ausencia de Chiesa. La encabezaron el vicepresidente de CRA, Jorge Chemes; junto al titular de Cartez, Gabriel De Raedemaeker; y los productores y dirigentes del área de lechería Eduardo García Maritano (Carsfe), Andrea Passerini (Carbap) y Norberto Ferrari (Fare).
El principal foco del reclamo fue que el Gobierno no avance en una institucionalización del mercado; es decir, que la compra de leche a los tambos por parte de la industria tenga un marco oficial y estable que la proteja.
“El problema de la lechería es que no se termina de organizar como negocio porque no hay reglas de juego que permitan que ganar o perder sea resultado de una gestión, y no de que un eslabón se queda con la renta del otro”, cuestionó el santafesino García Maritano.
Passerini, productora de Carlos Casares (Buenos Aires), completó: “La cancha está tan inclinada en contra del tambero, que éste entrega su producción y le dicen ´después te lo pago’, y uno ni siquiera sabe cuál es el monto”.
“Es increíble que no sean más los que salen corriendo de la actividad. Es imposible que alguien quiera invertir en un tambo en estas condiciones en que la industria impone cuál es el precio. Aunque a las usinas no les guste que lo digamos así, somos sus rehenes”, remarcó Passerini.
Leyes
Para García Maritano, un aspecto clave a tener en cuenta es que lograr un mercado institucionalizado no significa complejizar la actividad, sino sólo respetar leyes vigentes.
Señaló que los contratos entre los tambos y la industria se toman como de compra-venta, cuando en realidad deberían considerarse como “suministro”, una tipificación legal que obliga a que el bien comprado tenga un precio determinado o determinable.
Pero aclaró que aún si se utiliza el formato de compra-venta “oral”, que es el que esgrime la industria, “la ley señala que en ese caso el pago debe ser contra entrega y no de manera diferida”.
“No hay que hacer una ley nueva, nada. Esto es como el que cruza un semáforo en rojo: el Policía lo tiene que ver y sancionar. El responsable de que no se cumpla es el Estado”, se quejó García Maritano.
En el mismo sentido se pronunció Passerini: “Hay decisiones políticas que no se toman”.