«4×4», un thriller con la inseguridad como marco y Peter Lanzani como protagonista absoluto
«Me gustaría que la película abra una discusión, una reflexión. Que permita que el público sea parte de esto y se dé el debate sobre un tema que hace rato que no queremos debatir, porque es muy incómodo. Y por eso el cine tampoco se animó a tocarlo. Esto dice Mariano Cohn sobre su criatura a punto de nacer, tomando nacimiento como el encuentro de un film con su público. El jueves estrena 4×4, que tiene producción de su socio, Gastón Duprat, y una realización llamativa: sucede casi todo adentro de un auto.
Tan llamativa y desafiante para los realizadores, como la interpretación de Peter Lanzani. Convertido probablemente en el actor más interesante de su generación, el ex Casi ángeles se pone el proyecto al hombro y el cuerpo a la película. Él es Ciro, un ladrón con camiseta de Boca que abre una lujosa camioneta estacionada para robar el equipo de música, ignorando que no se trata de un auto cualquiera, sino de una trampa «cazachorros» donde quedará encerrado.
Lo que sigue es una especie de thriller unipersonal, con el victimario convertido en una víctima cada vez más desesperada a medida que pasa el tiempo, llega la noche y, con ella, el hambre, la sed, la necesidad urgente por salir. Pero el suyo no es el único personaje y, avanzado el relato, a través de una voz, aparecerá el dueño del vehículo. Una especie de sádico que hace de la justicia por mano propia un juego de gato y ratón (encerrado).
Los ya prolíficos Cohn y Duprat vuelven a trabajar con Dady Brieva, después de El ciudadano ilustre, y Luis Brandoni, luego de Mi obra maestra, su película del año pasado. Con ecos de films como Enlace Mortal/Phone Booth, aquella de Joel Schumacher en la que Colin Farrell queda atrapado a una cabina telefónica, con una siniestra voz por el teléfono que jugaba con sus nervios y su vida, 4×4 funciona como un ejercicio de tensión. De los que mantienen al espectador preguntándose cómo terminará todo esto. Con el marco de la inseguridad y sus rebotes mediáticos, aporta comentarios en los que el humor también quiere estar presente.
Fuente: Mariana Mactas – TN
