Tiene cura y tratamiento gratuito, pero crecen los contagios y ya hay más de 11 mil enfermos de tuberculosis
A pesar de los tratamientos que permiten su cura y de que la terapia es gratuita, la Argentina no sólo no logra erradicar la tuberculosis sino que registró un leve aumento en la cantidad de casos. ¿Los motivos? El número de contagios crece cuando aumenta la pobreza, los enfermos no siempre completan los seis meses de régimen que demanda su cura y muchos profesionales no notifican los casos. En el país, la tuberculosis (TBC) es un problema sanitario importante que afecta sobre todo a la población vulnerable, joven y activa. En 2017 se notificaron 11.659 casos y 706 muertes.
¿Qué es la tuberculosis? Es una enfermedad causada por una bacteria, Mycobacterium tuberculosis, que casi siempre afecta a los pulmones.
Es curable y prevenible, sin embargo la tasa de enfermos cada 100 mil habitantes aumentó un 2,6% entre 2015 y 2017.
¿Cuál es el alcance e impacto de la enfermedad en el país?
- Hay 11.659 personas con tuberculosis, según el último dato oficial, de 2017. El Gran Buenos Aires, Salta y Jujuy son las jurisdicciones con mayor tasa de enfermos.
- En 2017 murieron 706 personas como consecuencia de la enfermedad.
- Mata especialmente a personas jóvenes, económicamente activas o que lo serán en pocos años.
- Según el Boletín de Tuberculosis publicado a fines de marzo de 2019 por la Dirección de Sida, ETS, Hepatitis, TBC y Lepra de la Secretaría de Salud de Nación, los menores de 20 años representaron el 17,9% (2.083) del total de los casos registrados en 2017.
- Mientras están enfermos, los jóvenes no pueden trabajar y tampoco conseguir trabajo mientras dura el tratamiento.
¿Por qué podría erradicarse?
- La enfermedad no debería tener impacto porque “los tratamientos efectivos y curativos son gratuitos”, subraya Claudia Rodríguez, a cargo de la Dirección que realizó el Boletín.
- Por eso “es responsabilidad del Estado estar alerta para buscar y detectar a los enfermos y a quienes tienen latente la enfermedad para ofrecerles el tratamiento efectivo para su erradicación”.
- ¿Por qué hay años con “picos” epidemiológicos?
Claudia Rodríguez listó elementos que debemos tener en cuenta para responder esta pregunta:
- En los períodos de crisis socio económicas, el aumento de la pobreza, el hacinamiento y la falta de controles de salud favorecen la aparición de más casos de tuberculosis porque generan ambientes más propensos a la transmisión.
- El grupo más vulnerable es el más pobre y con menos acceso al sistema de salud.
- Muchos profesionales no toman conciencia de la importancia que tiene notificar los casos de tuberculosis y entonces no lo hacen. De hecho, la Dirección de Epidemiología trabaja en sensibilizarlos para que lo notifiquen.
- Otro aspecto importante es que los equipos de salud sepan detectar posibles enfermos e infectados. Hay deficiencia en eso también, por eso desde la Secretaría están capacitando en ese sentido.
Los dos primeros aspectos marcados por Rodríguez se vuelven más que relevantes cuando observamos que según el último informe del INDEC, de fines de marzo pasado, la crisis económica sumió al 32% de los argentinos en la pobreza. Es decir, a 12.950.000 personas. La suba de más de 6 puntos porcentuales respecto a un año atrás, es la más alta desde la crisis de 2001 y significa casi 2,7 millones de nuevos pobres.
¿Quiénes son los que más riesgo de contagio tienen? Los familiares, los amigos con los que estudia o los compañeros de trabajo de una persona tuberculosa. De hecho, cada vez que se diagnostica un caso, se estudia a la familia y a las personas con las que pasa largos períodos.
Las personas infectadas con el bacilo tienen un 10% de posibilidades de enfermar de tuberculosis. Sin embargo, este riesgo es mucho mayor para las personas cuyo sistema inmunitario está dañado, como ocurre en casos de infección por el VIH, malnutrición o diabetes, o en quienes consumen tabaco.
¿Cómo se transmite y cuáles son los síntomas?
¿Cómo se trata? Con medicación antituberculosa. El tratamiento es gratuito y está disponible en todos los hospitales y centros de salud. Solamente requiere que se tomen los medicamentos en tiempo y forma durante seis meses.
Los dos primeros meses el enfermo toma 4 drogas diferentes con el objetivo de disminuir la cantidad de bacilos y así prevenir la transmisión, la severidad de la enfermedad y la muerte.
En los cuatro meses siguientes, ingiere dos drogas durante cuatro meses para erradicar el bacilo del organismo y así evitar la recaída de la enfermedad.
Durante el tratamiento las personas pueden padecer dolores y hasta dificultades para caminar. De allí que debe ingerir también un complemento vitamínico B.
Ahora, si la persona está infectada pero no enferma, sólo necesita un tratamiento simple de una pastilla durante seis meses, que no tiene efectos secundarios importantes.
¿Por qué los enfermos no completan los tratamientos? Para que el tratamiento sea efectivo debe hacerse en tiempo y forma, exige que se respeten horarios, dosis, ingestas de comida y visitas a los profesionales que hacen el seguimiento. Esto hace que para muchas personas que no tienen garantizadas las comidas del día, estos requerimientos sean difíciles de cumplir.
Abandonar el tratamiento o no empezarlo puede ser letal. Si no reciben el tratamiento adecuado, hasta dos terceras partes de los enfermos tuberculosos mueren.
¿Qué se les sugiere hacer a los profesionales antes esta situación? “Lo que ha demostrado ser más efectivo es el tratamiento que se realice cerca de la casa del enfermo, que le permite ser observado por una persona de una sala o centro de salud cercano, concurriendo cada 15 días”, detalla Rodríguez.
También desde la Dirección les recomiendan a los profesionales que den la medicación fragmentada para que el enfermo vuelva y lo puedan controlar. Y si no vuelve, puedan visitarlo o llamarlo y verificar qué pasó: si se mudó, tomó mal el medicamento, si lo interrumpió o no tiene medicación suficiente, entre otras cosas.
El trabajo de los profesionales también es importante en la prevención, en saber cómo investigar y detectar a las personas contagiadas dentro de los contactos íntimos del paciente, que no son parte de la familia.
Hasta 15 contagios. A lo largo de un año, un enfermo tuberculoso puede infectar de 10 a 15 personas por contacto estrecho.
Una recomendación para todos. Toser sobre su brazo siempre disminuye la transmisión en enfermedades respiratorias como la gripe y la tuberculosis.
Fuente: redacción.com.ar