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OVODONACIÓN: Uno de cada cuatro procedimientos de fertilidad ya se realiza con óvulos donados

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luego de tres intentos de baja complejidad y un tratamiento de fertilización in vitro con óvulos propios, vi la posibilidad de la ovodonación y la tomé enseguida. No me importaba el parecido, sabía que ser mamá pasaba por otro lado. En ese entonces, todavía no estaba la ley y hacíamos rifas con nuestros amigos y en nuestros trabajos para juntar el dinero para los tratamientos.

Finalmente, en el sexto intento, a los 43 años, nació mi hija Felicitas, en enero de 2016. La alegría fue indescriptible”, relató Gisela de Antón, presidenta de la Asociación Civil Concebir. Como Gisela, cada vez son más las mujeres que logran un embarazo gracias a la ovodonación. Según estimaciones de la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva (SAMeR), entre el 25 y el 30 % de los procedimientos de fertilidad asistida en Argentina requiere de la utilización de óvulos donados, lo que representa uno de cada cuatro procedimientos de alta complejidad.

“La ovodonación consiste en tomar un óvulo donado por una donante, lo insemino con el esperma del esposo de la paciente o semen de banco, genero el embrión y lo transfiero en el útero receptor”, explicó Stella Lancuba, médica especialista en Salud Reproductiva y presidente de SAMeR.

El 65% de los tratamientos de ovodonación se hacen en mujeres que han fracasado en la fertilización con sus propios óvulos “Empezamos con este procedimiento en el ’89, se hacían no más de cien casos al año en el país. Fue creciendo muy lentamente. Después del año 2000 hubo una explosión, cuando se empezó a hablar del tema. Hay mucho tabú y mucho mito”, agregó. También fue cambiando la indicación de este procedimiento.  “En la década del ’90, el mayor porcentaje era en mujeres jóvenes con menopausia prematura.

En la actualidad indicación mayor, el 65% de los tratamientos de ovodonación se hacen en mujeres que han fracasado en la fertilización con sus propios óvulos”

El crecimiento de los procedimientos de ovodonación se debe en parte a que -en promedio- las mujeres concurren a su primera consulta por problemas de fertilidad a los 38 años, cuando la viabilidad de sus propios óvulos ha decaído notablemente.

Preocupados por esta situación, desde SAMeR en conjunto con Concebir, en el marco del Mes Internacional del Cuidado de la Fertilidad, hicieron un llamado a aumentar la conciencia sobre el cuidado de la fertilidad y a la importancia de que las mujeres no demoren la consulta, ya que cuanto más jóvenes sean los óvulos, mejores serán las chances de éxito en los tratamientos. La primera ‘bebé probeta’ cumple 40 años: “Asusta pensar que todo empezó conmigo”

Otra de las razones detrás del crecimiento de los procedimientos de ovodonación es la Ley Nacional de Fertilización Asistida (n° 26.862), que mejoró el acceso de la población a este tipo de tratamientos.  La ley introdujo una reglamentación que limita la cobertura con óvulos propios hasta los 43 años y 364 días, mientras que cubre los procedimientos con óvulos donados desde los 44 años hasta los 50.

La norma también establece que la donación sigue siendo anónima, con el objetivo de resguardar la identidad de la donante, pero eso no significa que no se conozca, ya que figura en las historias clínicas de cada Centro. El día de mañana, cuando el niño sea mayor de edad, si lo desea, tiene derecho a conocer la identidad de su donante.

“Nosotros desde Concebir aconsejamos que se pueda contar a todos los hijos nacidos la manera que fueron concebidos porque tienen derecho a conocer su origen genético.

Forma parte de la construcción de la identidad de los chicos. Es algo muy importante porque también habla de la historia de la familia, de cómo se construyó esa familia. Trabajamos mucho en cómo hablar con los hijos, en qué momento. Acompañamos mucho ese proceso”, sostuvo Mariana Thomas Moro, psicóloga orientada en Reproducción Humana y Fertilización Asistida.

Aceptar la ovodonación es un proceso que lleva tiempo, muchas veces deben atravesar un ‘duelo genético’ “Aceptar la ovodonación es un proceso que lleva tiempo, muchas veces deben atravesar un ‘duelo genético’, que -en algunos casos- podría llegar hasta comienzo del embarazo. Nosotras -desde Concebir- les aconsejamos que hagan ese duelo genético antes de iniciar el tratamiento de ovodonación, para poder disfrutar plenamente del embarazo.

Sabemos que a partir del nacimiento todo se re-significa, quedando atrás cualquier viejo fantasma. Luego, todas manifiestan el deseo de agradecer a las donantes”, manifestó Gisela de Antón.

Existen criterios específicos para la selección de las donantes: deben ser sanas menores de 35 años preferentemente de fertilidad comprobada. Las motivaciones son de dos tipos: la económica y la solidaria.

La económica existe siempre, ya que se debe recompensar a una joven que deja de trabajar, tiene que viajar, aplicarse inyecciones y someterse a un procedimiento, pero el desafío es buscar que también haya una motivación solidaria. “La Argentina -a nivel nacional- tiene una gran asignatura pendiente, que es la creación de una institución que promueva la donación de gametas y que contribuya a organizar este sistema”, insistió Lancuba.

(Fuente www.perfil.com). 

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