El morterense Cristian Villagra se aleja de las canchas para donarle médula a su hermano
La informacion la dio a conocer el periodico Regionalisimo de Morteros.
El morterense Cristian Villagra se alejará de las canchas por casi un mes para donarle médula ósea a su hermano que sufre aplasia medular. «Poder ser su donante me llena de orgullo y me hace sentir muy bien», aseguró
Una dramática decisión de vida pondrá a Cristian Villagra lejos del fútbol profesional por casi un mes. Uno de sus hermanos, que padece leucemia, necesita un trasplante de médula para sobrevivir y él resultó ser el candidato a donante con mayor compatibilidad. «No lo pensé mucho, es para dar vida y que esté bien», aseguró al anunciar su alejamiento de las canchas el defensor de Atlético de Tucumán.
«Hace tres o cuatro meses que vengo haciéndome estudios y soy compatible con mi hermano. Uno nunca piensa que puede pasar por estas situaciones, trato de ayudar lo que más pueda. Poder ser su donante me llena de orgullo y me hace sentir muy bien», señaló el defensor.
El «Kitty», como lo llaman sus compañeros de equipo, viajará en las próximas horas a Rosario para someterse a una extracción de médula ósea para su hermano Gonzalo, quien sufre de aplasia medular.
«Actualmente no se le generan los glóbulos ni las plaquetas, por lo que no tiene defensas. Hoy en día él se encuentra internado», contó Villagra, quien ha sido titular de Atlético de Tucumán en diez de los quince partidos de la Superliga y espera volver a integrar el equipo en los primeros días de marzo.
Heramos la primera opción
Cuando una persona llega a la situación de requerir un transplante de médula, lo primero que hacen los médicos es evaluar si realmente corresponde el procedimiento y si el paciente está en condiciones de ser sometido a él. De ser así, comienzan entonces la búsqueda de una médula compatible, para lo cual arrancan evaluando a sus hermanos, ya que constituyen la mejor opción. El problema es que sólo en un 30% de los casos existen hermanos histológicamente compatibles.
«Si hay hermanos histoidénticos el trasplante es más sencillo: se le saca médula al hermano, se la procesa en laboratorio y se la transfunde al paciente. Se arranca siempre por ahí porque no hay nadie genéticamente más parecido a uno mismo que un hermano de sangre que comparte los mismos genes de nuestro papá y de nuestra mamá. Después habrá que ver si la combinación es similar: en un 30% de los casos esto es así, pero depende puramente del azar. Porque si bien a mayor cantidad de hermanos más chances de compatibilidad, nada garantiza que sea así», explican desde el Incucai.
Si el paciente carece de hermanos o ninguno de ellos resulta compatible, los médicos recurren al registro de donantes de médula. Cada país tiene el suyo y entre todos conforman una red mundial en la que hoy confluyen cerca de 28 millones de personas. Aun así, muchas veces no es posible dar entre ellas con un donante compatible. Es por eso que resulta tan importante que más personas tomen la decisión de registrarse como donantes de médula, para lo cual basta con firmar un consentimiento y someterse a una extracción de sangre para que se determine su perfil.