Por La Niña, la cosecha podría caer 33,7% en Córdoba
a campaña agrícola 2020/21 no arrancó de la mejor manera en Córdoba: la cosecha de trigo y garbanzo está a punto de culminar y se encamina a cerrar con una caída del 67 por ciento.
En el caso del cereal, el desplome significa 3,2 millones de toneladas menos, desde las 4,6 millones del año pasado a las 1,4 millones que aportaría en esta campaña, según la Bolsa de Cereales provincial.
El problema es que el déficit de lluvias del otoño y el invierno ha estado lejos de revertirse en la primavera y la llegada del verano tampoco garantiza que el régimen hídrico se recupere.
La Niña ya está instalada y eso se siente en precipitaciones muy por debajo del promedio histórico: el primer efecto ha sido un nivel récord de siembras tardías o de segunda: dos tercios de la soja y el 80 por ciento del maíz se implantarán en fechas que se consideran de este tipo.
A partir de este panorama, la entidad bursátil en su cierre de año actualizó sus perspectivas productivas para la campaña gruesa, con fuertes caídas estimadas para todos los cultivos.
Proyecciones
Lo que hicieron los técnicos del Departamento de Información Agronómica fue proyectar los rindes en función de lo ocurrido en otros años en que Córdoba sufrió por el accionar de La Niña.
El resultado es que en soja lo razonable bajo estas condiciones climáticas, teniendo en cuenta el parámetro mencionado, es esperar un rinde de apenas 21,9 quintales por hectárea, 33 por ciento por debajo del año pasado. Así, la cosecha se ubicaría en 9,5 millones de toneladas, un 32 por ciento menos que las casi 14 millones del último ciclo.
Con el maíz sucede algo similar: el rendimiento bajaría 27 por ciento, a 60,3 quintales, totalizando una producción de 14,3 millones de toneladas, cinco millones menos que las obtenidas un año antes.
En maní, los rindes se reducirían a 25,3 quintales y la cosecha se ubicaría 42 por ciento por debajo de la de este año, con un volumen total de 672.400 toneladas. En sorgo, en cambio, la cosecha subiría 14 por ciento, a 371.200 toneladas, porque la siembra aumentó 24 por ciento y la mayor superficie compensaría la baja de los rindes.
Es decir, que sumando los cuatro cultivos de verano más el trigo, la cosecha 2020/21 totalizaría 26,2 millones de tonelada, un 33,7 por ciento o 13,4 millones de toneladas menos que las 39,6 millones obtenidas en el último ciclo.
Menos ingresos
Esta situación impactaría de lleno en el movimiento económico asociado a la producción agrícola. De hecho, aunque los granos muestran un fuerte crecimiento en los últimos meses, esta alza no lograría compensar el desplome de la cosecha, si ocurre tal como lo estima la Bolsa cordobesa.
A fines de noviembre, suponiendo todavía rindes tendenciales, la entidad proyectaba 13 millones de toneladas de soja y más de 20 millones de maíz. Bajo esa perspectiva, se podía pensar en un valor bruto de producción (como si toda la cosecha se exportara a precios FOB) récord de 10.323 millones de dólares y un ingreso bruto (valor a precio del productor) de 7.886 millones de dólares.
Con los valores actualizados, el valor bruto solo alcanzaría los 7.500 millones de dólares y el ingreso bruto se situaría en 5.700 millones.
Esto significa no solo una fuerte caída en relación a una cosecha con rindes normales, sino también con respecto al año pasado, cuando el valor bruto superó los 8.000 millones y el ingreso bruto pasó la barrera de los 6.000 millones.
En el país
A nivel nacional, el Panorama Agrícola Semanal (Pas) de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires insistió en que las siembras de soja están frenadas a raíz de la escasez de humedad a nivel superficial. Del mismo modo, señaló que hay un 20 por ciento del maíz que ya muestra un estado regular por la falta de agua, con lotes aislados incluso en condición de sequía.
La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), en tanto, publicó su informe mensual nacional en el que volvió a reducir su pronóstico de cosecha de trigo, a solo 16,5 millones de toneladas, tres millones menos que en la campaña anterior. Para la Bolsa porteña, serán 16,8 millones; y para el Gobierno nacional, 17 millones.
En cuanto a la campaña gruesa, remarcó que la falta de agua sigue acechando a la soja. “Un nuevo pulso de agua relanzó la siembra y la última tanda implantada muestra emergencias desparejas. Hubo intensas jornadas de estrés térmico que se suman a los efectos de la escasez de agua. Los cuadros que no recibieron ningún milímetro empiezan muestran un pobre desarrollo y condiciones regulares tras las altas temperaturas y los intensos vientos que dominaron por completo”, analizó la Bolsa rosarina.
AGRO VOZ – LA VOZ