Ivermectina y Covid-19: falta evidencia para poder recetarla
Uno de los supuestos tratamientos contra el coronavirus más escuchado durante las últimas semanas es la ivermectina, una droga que se vende en las farmacias como antiparasitario.
Si bien, algunos médicos de Córdoba la recetan para prevenir y tratar al Covid-19, los expertos aseguran que todavía no hay evidencia suficiente como para administrarla. La Administración Nacional de Medicamentos Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) no la recomienda ni con una autorización de emergencia.
“Desde el inicio de la pandemia hemos estado usando drogas de modo compasivo como hidroxicloroquina o ritonavir/lopinavir que al final no dieron resultados. La única que demostró ser eficaz y segura es la dexametasona. Y en Estados Unidos, se utiliza el remdesivir”, explica Juan Pablo Caeiro, infectólogo del Hospital Privado.
La dexametasona y el remdesivir demostraron mejoría clínica en los pacientes con Covid-19 en ensayos clínicos de fase 3. Y las otras probaron que no servían e incluso que tenían efectos adversos graves como la hidroxicloroquina.
Caeiro explica que para la ivermectina no hay estudios de fase 3 que hayan probado su seguridad y eficacia. Un estudio de fase 3 requiere que la droga se pruebe en miles de voluntarios y se compare contra otro grupo al que se le da placebo.
“Hasta ahora solo tenemos estudios observacionales tanto para aplicarla de manera preventiva como para cuando la persona apenas se contagia. Sería bueno que funcione pero todavía la evidencia no es la óptima”, explica Caeiro.
En un estudio observacional hay muchas variables que no están controladas. Si bien se pueden comparar los resultados con otros grupos que siguieron un terapia estándar, el diseño de la investigación puede llevar a resultados sesgados.
Caeiro advierte que hay buenos ensayos clínicos realizados en otros países sobre ivermectina de los que pronto se tendrán resultados. “Por ahora, no podemos recomendarlo para uso masivo, porque no podemos decir que sirva, pero tampoco que no sirva”, aclara.
Miguel Díaz, director del Hospital Rawson, asegura que en esta institución no se aplica ni preventivamente en el personal sanitario ni a los pacientes.
«No está comprobada su eficacia. Hay un trabajo en 40 integrantes de equipos salud pero que los resultados no se publicaron en revistas científicas, además de ser una muestra chica. Y no hay ningún trabajo en el mundo que hable de su eficacia en los pacientes infectados», detalla.
Díaz advierte que no debe tomarse «por las dudas».
«Es una droga que tiene efectos adversos que pueden ser graves en la dosis que hay que tomarla. Es hepatóxico. Muchos pacientes con Covid-19 tienen afectación hepática y la droga puede potenciar este problema», explica.
Estudios y autorizaciones
La ivermectina está autorizada como antiparasitario (no antiviral), pero no contra el Covid-19. Se trata de un uso off label.
Desde la Sociedad Argentina de Infectología (Sadi) creen que puede funcionar como inhibidor de la replicación del virus.
No obstante, aseguran que se requerirían dosis altas, potencialmente tóxicas. En un comunicado, señalan que por el momento la evidencia científica es “de muy baja calidad y no han reportado datos claros de eficacia clínica”.
Un trabajo argentino demostró que altas dosis de esta droga inhiben la replicación del virus en pacientes con Covid-19. El trabajo fue coordinado por Alejandro Krolewiecki, de la Universidad Nacional de Salta.
Pero son datos preliminares ya que, por un lado, se trata de una muestra de solo 45 pacientes con cuadros leves o moderados de Covid-19. Además determinó una baja en la replicación viral y no una mejoría clínica.
No obstante, en algunas provincias como Corrientes, Tucumán y La Pampa, se utiliza como terapia preventiva para los agentes de salud y se les da a los pacientes. Ocurre lo mismo en algunas instituciones de salud de Córdoba.
Otro estudio argentino encontró una reducción en la internación cuando se usa ivermectina, aunque combinada con dexametasona, enoxaparina y aspirina, drogas que ya se aplican. Es un trabajo en 167 pacientes sin placebo que comparó resultados con valores de internación a nivel nacional.
LA VOZ