Piden reducción de la distancia social a un metro en todas las escuelas
En medio del debate que instaló el ministro de Educación nacional, Nicolás Trotta, sobre la posibilidad de incrementar la presencialidad en las escuelas, grupos de padres de estudiantes de escuelas estatales y privadas de Córdoba insistieron en la necesidad de modificar los protocolos sanitarios vigentes y manifestaron la necesidad de que los alumnos regresen a clases presenciales.
Gabriela Pestrín, miembro de la agrupación Padres Organizados, explicó que solicitaron de manera formal a los Ministerios de Educación provincial y nacional la reducción de la distancia a un metro entre alumnos (hoy el protocolo exige 1,5 metros) para el retorno a las aulas del ciento por ciento de los estudiantes e instaron a que los grados y cursos no sean divididos en burbujas.
Con estos reclamos, y bajo la consigna “una sola burbuja”, habrá este miércoles a las 19 una concentración de padres en Colón y la Cañada.
El tema de la presencialidad plena, y la posible reducción de la distancia interpersonal entre alumnos, viene debatiéndose acaloradamente en los últimos días en los despachos ministeriales y gremiales.
Trotta volvió a reunirse el martes con especialistas para analizar la situación sanitaria y educativa que será abordada en los próximos días en el Consejo Federal de Educación, del que participan los ministros de todas las jurisdicciones.
Desde el Ministerio de Educación de Córdoba indicaron que, por ahora, el sistema de bimodalidad se mantiene sin modificaciones en las instituciones escolares de la provincia.
En su pedido, Padres Organizados remarcaron que organismos internacionales como Unicef y Unesco y, también, la Sociedad Argentina de Pediatría indican que los niños no son responsables de la propagación del virus y que cuando la reapertura de las escuelas se realiza de manera cuidada, los contagios no crecen de modo significativo.
Según datos oficiales del Ministerio de Salud de la Nación, los casos positivos acumulados en estudiantes durante la presencialidad son el 1,3 por ciento en el país.
Por su parte, desde la Junta de Educación Católica indicaron que están “muy entusiasmados” con la idea de la presencialidad plena. Sin embargo, advirtieron su preocupación por aquellos docentes que aún no tienen completo el esquema de vacunación.
“Una vez que todos estén con las dos dosis, estudiantes, familias y docentes, auguramos que en breve podamos alcanzar la presencialidad plena”, explicó Carolina Parma, presidenta de la Junta. Y subrayó que en la educación presencial los aprendizajes se aseguran de un modo diferente y “se allanan las inequidades socioeconómicas entre los estudiantes”.
DISTINTAS REALIDADES
“La presencialidad total después de un año y medio es imprescindible. La bimodalidad no existe: es una presencialidad al 50 por ciento. En el caso de la escuela primaria, la semana virtual se limita a las tareas en la casa, sin ningún contacto con el docente, lo que implica un retroceso de lo que se aprende en la semana presencial”, opina Jorgelina, mamá de dos alumnos de una escuela técnica privada y de un niño, en 5° grado en la ciudad de General Deheza.
En el secundario, explica la mujer, la virtualidad funciona algo mejor, pero las horas de taller se redujeron al 50 por ciento en el primer ciclo, en relación a la prepandemia. En el segundo ciclo se eliminaron las burbujas y se recuperó la presencialidad.
Jorgelina dice que le preocupa la capacitación con la que egresan los chicos de escuelas técnicas. “Necesitamos que sí o sí vuelva la presencialidad para que la calificación de nuestros técnicos siga siendo lo que era antes de la pandemia”, subraya.
Natalia, mamá de un alumno de un colegio parroquial de la ciudad de Córdoba, explica que sólo los chicos de primer grado, sexto grado y sexto año asisten a la escuela todos los días, sin burbuja.
“Se deben actualizar los protocolos”, manifiesta. “Algunos colegios se incorporan a la modalidad prepandemia esta semana y la semana que viene sin haber invertido en infraestructura. La cantidad de metros cuadrados y de alumnos siguen siendo las mismas. No comprendo cuál es el criterio para decir que algunos pueden alcanzar la presencialidad al ciento por ciento y otros no”, agrega.
Marina tiene dos hijas en la primaria pública Gabriela Mistral, de barrio Juniors, y otra, en segundo año del colegio preuniversitario Manuel Belgrano. Las niñas asisten una semana presencial y la otra “con tareas en PDF”, porque la virtualidad –dice la mamá– “hoy se limita a eso”.
“En teoría esas tareas son de refuerzo de lo trabajado en clases, pero más de una vez nos encontramos los papás explicando temas nuevos. Obvio que quiero que se unifiquen las burbujas. Después de un año y medio, los chicos lo necesitan y sabemos que es posible”, asegura.
“Mis hijas están cambiando de ciclo y las falencias son muchísimas, los contenidos están súper recortados, es casi imposible que tengan continuidad. Recién ahora están entregando los nuevos informes”, cuenta Marina. El nivel de presencialidad en el Belgrano, calcula Marina, se limita a un tercio de lo que era antes de la pandemia.
TRES PEDIDOS
La solicitud de la organización de padres se basa en tres puntos: la modificación del distanciamiento de seguridad a un metro, pasar a un sistema de burbuja por grado, no al interior del grado, con todas las otras medidas de seguridad (barbijos, ventilación), y la no sujeción al semáforo epidemiológico.
“La evidencia indica que las escuelas no impactan en la amplificación de la curva de contagios y, por lo tanto, no se justifica utilizar criterios más estrictos que los que rigen en otras actividades”, subrayó Pestrín, miembro de Padres Organizados.
La situación en las escuelas es muy dispar: mientras algunos colegios de doble jornada comienzan mañana con la jornada completa de ocho horas, con comedor incluido, algunos cursos de establecimientos estatales están divididos en dos y hasta en tres burbujas, con bimodalidad y presencialidad acotada.
“Vemos que se está acrecentando cada vez más la diferencia entre la escuela pública y la privada. Hay chicos que están yendo todos los días a la escuela, lo que fue un avance importante, y hay escuelas estatales donde los chicos van cinco días al mes porque están divididos en tres burbujas o van 10 días, divididos en dos burbujas”, dijo Pestrín.
“Es una preocupación muy honda la desigualdad, por eso solicitamos que esto se trate de manera urgente”, apuntó la referente.
LA VOZ